¿Nos involucramos en la inclusión social?
Bennelly J. Hernández Ruedas
El pasado 3 de diciembre, conmemoramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha establecida con el firme propósito de visibilizar y hacer conciencia sobre los retos y avances hacia una sociedad más inclusiva.
En México, según el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, 20.8 millones de personas (16.5% de la población) tienen alguna limitación o discapacidad.
En Zacatecas, cerca del 8% de la población vive con alguna discapacidad; este porcentaje nos exige el reflexionar y plantearnos el diseño e implementación de políticas públicas que coadyuven a lograr en la sociedad, una inclusión efectiva y orgánica.
Históricamente, las personas con discapacidad han enfrentado barreras sociales, culturales y físicas, que limitan su participación plena en la sociedad. Incluso, estas barreras no solo restringen su desarrollo personal, terminan por afectar su acceso a derechos fundamentales como la educación, el empleo y la salud.
Es por ello que, desde el gobierno del estado, se ha establecido un papel fundamental por desarrollar estrategias que garanticen la inclusión de las personas con discapacidad.
Uno de estas es el acceso universal; con la ejecución de obras que cuentan y aseguran la accesibilidad de todas las personas, al adaptar rampas, señalizaciones en braille, elevadores y sistemas auditivos.
De la misma manera, es importante impulsar políticas públicas que brinden atención integral a este sector; al garantizar servicios de salud especializados, terapias de rehabilitación y acceso a apoyos de aparatos funcionales, como lo llevamos a cabo desde la Secretaría de Desarrollo Social.
Sin embargo, lo que me parece más relevante destacar es, que la inclusión no es responsabilidad exclusiva de los gobiernos; la sociedad civil, las empresas y la ciudadanía, son piezas cruciales para esta transformación.
Visibilizar la discapacidad no significa reducir las estadísticas, sino reconocer que detrás de cada persona que conforma esta cifra, hay niños, jóvenes, mujeres y hombres con sueños, talentos y capacidades que enriquecen nuestras comunidades.
Estoy convencida que, como zacatecanos, podemos lograr hacer sinergia para que, en colaboración entre instituciones y comunidades, logremos generar ese impacto significativo que deseamos.
La empatía y el respeto son herramientas fundamentales para construir una sociedad en la que nadie quede atrás; recuerda que, cada acción cuenta para construir un mundo donde todos podamos vivir con igualdad, dignidad y oportunidades.
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