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Psicóloga Maira Gallegos

TRABAJO Y SÍNDROME DE BURNOUT

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.
Confucio.

La conmemoración del día del trabajo lleva a recordar y realizar una evaluación de los avances que se han tenido sobre el tema. Surge principalmente por los descontentos de las condiciones de trabajo, las cuales en su mayoría eran jornadas de hasta 16 horas y con sueldos precarios. Es cierto que se han logrado mejores condiciones laborales y de derechos, pero aún se tiene que evaluar en muchos sentidos y contextos tales condiciones. Las exigencias de la sociedad, con tendencia a proporcionar mayor rapidez en los servicios, junto con tecnologías, someten al humano a exigencias biológicas, mentales y emocionales que derivan en el rendimiento en el trabajo. A consecuencia de ello se ve expuesto a padecer enfermedades en los tres aspectos mencionados.
Someterse a periodos de estrés prolongados causa un agotamiento emocional y físico que provoca irritabilidad, desmotivación e insomnio. Los profesionales donde su trabajo implica una alta interacción con las personas se ven más propensas, como enfermeros, médicos y en general los de áreas de la salud, así como maestros y servicios sociales.
Específicamente a este desgaste emocional se le conoce como síndrome de “Burnout” o síndrome del agotamiento profesional. Es un estado de agotamiento físico, emocional y mental, que es causado por estrés excesivo y prolongado en el ambiente de trabajo. Comúnmente se manifiesta en momentos donde la persona no es capaz de afrontar adecuadamente las exigencias y demandas del entorno. La Organización Mundial de la Salud lo define como un fenómeno ocupacional que afecta a millones de trabajadores en todo el mundo.
Entre las causas más comunes están las siguientes:
Sobrecarga de trabajo: más trabajo del que una persona puede realizar en esfuerzo físico y en tiempo. Trabajar demasiadas horas sin descansos adecuados provoca desgaste emocional.
Falta de control: el trabajador siente o percibe que no tiene injerencia en las decisiones importantes de la empresa y tampoco es tomado en cuenta, lo que provoca frustración e impotencia.
Falta de apoyo: no hay respaldo de compañeros o colegas profesionalmente, ni superiores en la organización, lo que aumenta el aislamiento y estrés.
Conflictos interpersonales: ambiente hostil derivado de malas relaciones con compañeros, superiores y clientes que aumentan el estrés.
Falta de reconocimiento y avance personal: sensación de falta de reconocimiento de logros y avance por parte de la empresa.
Demandas emocionales intensas: especialmente para profesionales en ambientes de salud y servicio social con altas exigencias a la atención emocional, ya que implican cuidados y atenciones a otras personas.
Expectativas altas: presión autoimpuesta o de la empresa para cumplir con los estándares elevados, como metas y rendimiento, lo que lleva a insatisfacción y agotamiento.
Los síntomas se manifiestan como:
Fatiga crónica: sensación constante de cansancio y falta de energía, incluso después de periodos de descanso, lo que disminuye la productividad.
Falta de voluntad y desmotivación: pérdida de interés y entusiasmo por actividades personales y profesionales, que disminuyen la satisfacción en general.
Irritabilidad: cambios de humor constantes y respuestas desproporcionadas a los conflictos. Mayor sensibilidad y menor tolerancia a situaciones.
Cambios en los patrones de sueño: problemas para conciliar el sueño y mantener el sueño, despertares por la noche de manera continua, lo que provoca fatiga.
Aislamiento social: sentirse desconectado de los demás y evitación a interacciones sociales, lo que puede exacerbar el estrés.
Dificultad para concentrarse: dificultades para mantener la atención y enfocarla lo que puede provocar olvidos frecuentes y errores en el trabajo y en la vida cotidiana.
Problemas físicos: dolores de cabeza, problemas digestivos como colitis o gastritis u otras dolencias sin causas aparentes, comúnmente causadas por tensión o estrés acumulado o crónico.
En la lucha por las mejores condiciones de trabajo también se está integrando el aspecto psicológico. Actualmente las empresas están siendo reguladas con una Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018, la cual tiene como objetivo identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial en los centros de trabajo. Esta norma aplica en todo el territorio mexicano y en todos los centros de trabajo; obliga al centro laboral a proporcionar apoyo de tipo psicológico, médico y en su caso psiquiátrico para el trabajador que sea afectado por algunos de los factores de riesgo dentro del ambiente de trabajo.
El tratamiento del síndrome de Burnout requiere atención integral que aborde las causas subyacentes, pero también los síntomas. Las estrategias del tratamiento y el tipo de terapia pueden variar; por ejemplo, enfoques como la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), Terapia Interpersonal (TIP) y Terapia de Grupo pueden ayudar y reducir el estrés, así como mejorar la salud mental mediante desarrollo de habilidades prácticas y reestructuración cognitiva.