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Maricarmen Salinas
Junio, mes del Orgullo: transformar también es reconocer la diversidad
Junio no es solo el mes de la diversidad sexual. Es, sobre todo, el mes del orgullo de quienes han resistido la marginación, la violencia, la discriminación y el silenciamiento. Es el mes en que recordamos que la libertad, el respeto y la igualdad no han sido concesiones del poder, sino conquistas de lucha social encabezadas por las disidencias sexuales y de género.
Desde el Gobierno del Estado de Zacatecas, y en particular desde la Secretaría de Administración que tengo el honor de encabezar, asumimos con claridad que la Cuarta Transformación no puede estar completa si las personas LGBTIQ+ siguen siendo excluidas de los espacios de decisión, del empleo digno, de las políticas públicas o del trato justo en las instituciones.
Junio nos obliga a reflexionar, pero también a actuar. No se trata únicamente de izar una bandera o colocar un mensaje conmemorativo en redes sociales. Se trata de que el Estado —en todos sus niveles— impulse un país donde cada persona pueda vivir sin miedo, sin discriminación y con pleno ejercicio de sus derechos.
Desde nuestra trinchera, trabajamos para que la administración pública sea verdaderamente incluyente, no solo en el discurso, sino en sus procesos, estructuras y decisiones.
Preguntarnos quiénes están dentro del gobierno, cómo se garantiza el respeto a su identidad y orientación, cómo se atiende la discriminación laboral o el acoso, no es un tema menor: es una responsabilidad ética y política.
La Cuarta Transformación, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y que hoy encabeza en Zacatecas el gobernador David Monreal Ávila, tiene como uno de sus pilares la justicia social. Y esa justicia solo puede ser auténtica si alcanza a todas las personas, sin excepción.
Las personas LGBTIQ+ no piden favores: exigen derechos. Desde el empleo público hasta el acceso a servicios, pasando por la protección contra crímenes de odio o el reconocimiento legal de las identidades trans, las tareas son muchas y urgentes.
Por ello, desde esta Secretaría estamos comprometidas con construir espacios laborales libres de discriminación, con impulsar una cultura institucional de respeto a la diversidad, y con revisar nuestras políticas para que estén verdaderamente alineadas con el principio de igualdad.
Sabemos que aún hay resistencias, que la discriminación no desaparece por decreto, y que incluso en lo público persisten prejuicios. Pero también sabemos que transformar es reconocer la realidad, enfrentarla con decisión y no permitir que nadie quede fuera de la justicia por su orientación sexual, su identidad o su expresión de género.
Hoy, más que nunca, lo decimos con firmeza: en Zacatecas, la Cuarta Transformación también es con las disidencias. Porque el orgullo no es una moda ni una bandera en junio: es una exigencia de libertad, de dignidad y de derechos para todas las personas, todo el año.