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Todo vuelve en la vida

Mayela Pulido

Parece una frase muy común a la que poco le damos importancia, pero es tan verdadera…
El amor que damos, como tratamos a los demás, como los hicimos sentir, cada luz que encendemos con nuestro ser, y las veces que ayudamos sin ver a quien.
Así es la donación de órganos, es un regalo de amor que dimos sin ver a quién…
Nosotros podemos ser donantes de órganos y regalar vida a otros, seguiremos viviendo a través del el cuerpo de otro o de otros según sea el caso. Para que queremos algo que ya no vamos a necesitar?
Sabes que muchos pacientes y en particular los pacientes de pediatría no pueden gritar, Jugar, brincar, a veces tampoco comer y su última oportunidad de vida, es un Trasplante.
Nuestra decisión puede cambiar la vida de muchos pequeños, piénsalo, regalemos vida después de nuestra vida. Pues al hablar de donación de órganos que salvan vidas, tenemos que recordar que estamos salvando mucho más que a la una sola persona, estamos salvando a toda una familia.
Muchas veces es el hijo que no pierda a su padre, la hija que se queda con su madre, el sobrino que mantiene cerca a su tío, el amigo que aún puede contar con ese abrazo.
Dar es más allá del cuerpo, dar rescata historias, preserva vínculos y permite que la vida, continué…
Detrás de cada receptor, hay una red de amor de esperanza de gente esperando juntos, con fe con miedo con el corazón apretado.
Decir sí, a la donación de órganos significa más que salvar ocho vidas, está transformando profundamente la vida de docena de personas.
Para un paciente que está esperando ese gran regalo de amor de vida, ese regalo de amor de alguien a quien no conoce ni conocerá jamás, se vuelve un martirio, de pronto el Hospital se vuelve a su casa, su silla, su cama, incluso su comedor, el cansancio es muy duro y el sueño les gana!
La necesidad de ir al baño, se inhabilita por no despegarse de la banca, ahí no existe el glamur, el hambre , el maquillaje, ni el perfume, las cosas de marca, simplemente todas esas cosas no tienen ningún valor.
Estar en un hospital esperando tu salud, te hace tan pequeño tan vulnerable, simplemente la vida se reduce esperar en una banca, cuidar tus pocas pertenencias que puedas tener ahí para que no te las roben, así de fugaz es la vida, y así de fácil todo cambia, todo se reduce a estar en una banca incómoda, que además está llena de angustia y esperanzas que se vuelven tu compañía de noche y de día.
Ahí te das cuenta de quién sí, quién no, y quién nunca…
Así desesperante y tristes viven miles de pacientes con enfermedad crónica que esperan a un ser humano, que cuando sea su momento de partir le regale ese órgano que ya no necesitara, a dejarle su vida para continuar viviendo en el.
Recordemos que una persona con muerte encefálica ya está clínicamente muerta y todo depende de esa gran generosidad de quien ya no estará aquí, y ese alguien que espera, aún sigue viviendo, con muy mala calidad de vida, ellos prestarán su cuerpo para que ese pedacito tuyo siga vivo a través de su cuerpo, él nos da la vida, pues él es el que continuó vivo.
Ojalá pudiéramos entender que la donación de órganos se basa en una decisión solidaria, altruista y desinteresada, por lo que no puede existir ninguna contraprestación económica a cambio.
Siempre agradecer el invaluable esfuerzo de los coordinadores de donación, a ese gran equipo de médicos, enfermeras, psicólogos, cirujanos, etc. por hacer posible una donación de órganos, a la familia que decide decir SI en medio de ese gran dolor se concreta una donación donde sabemos que habrá mucha vida por salvar…
Por eso, me satisface promover la maravillosa oportunidad de cambiar un pensamiento a favor de la donación, es un tiempo de mi vida que disfruto actuando con el corazón para salvar vidas…
Tú puedes ser parte de este gran proyecto, ayudemos a vivir con decir :
SOY DONANTE DE ÓRGANOS Y MI FAMILIA LO SABE.