Un ser humano extraordinario
Mayela Pulido
Tener la capacidad de hacer, de enseñar, de transmitir, pero sobretodo de amar…
Amar en todos los sentidos, amar desde lo más profundo de tu corazón, amar sin condición y sin límites a otros seres humanos.
La grandeza también ha servido para construir un mundo con más tecnología, para facilitar el mejor vivir en el, su grandeza a llevado al ser humano a hacer y crear cosas maravillosas.
Pero lo más maravilloso es lo que nuestro propio corazón siente, lo que podemos hacer sin tanto, solo es escuchar el interior de nuestra alma, es solo ser humano!
No sabemos como y cuando será el último día de nuestra vida, pero si un día mi cuerpo está sobre una cama, un médico anuncia que mi cerebro ha dejado de funcionar, que mi vida ha terminado… es ahí cuando yo quiero que no intenten una vida artificial, no quiero ser conectada a máquinas y no llamen a esto mi lecho de muerte, llámenlo mi lecho de vida y a mi familia le digo, que permitan que mi cuerpo ayude a otros en su intento por continuar viviendo.
Den mis ojos a un hombre que nunca ha visto un amanecer, o a la mirada de una mujer enamorada, den mi corazón a la persona cuyo propio corazón solo le cause dolorosos días sin final, den mis riñones a aquellos que dependen de una máquina para existir semana a semana, tomen mis huesos, mis músculos, mi piel, cada nervio y den la oportunidad de hacer caminar a un niño.
Si tienen que enterrar algo, que sean mis faltas, mis debilidades y todos mis perjuicios en contra de mis semejantes.
Den vida con mi cuerpo y ofrezcan mi alma a Dios, así cuando me recuerden háganlo con una buena acción, o una palabra de aliento para quien lo necesite.
Digamos SI a la donación de órganos y SI a la vida.
Aunque no sea tan sencillo como leerlo, con el corazón roto, la mente en blanco, sin tener nada más en que pensar, digan SI a la vida con mi muerte.
Es ahí cuando la grandeza del ser humano se hará presente, es ahí cuando la grandeza de mi ser será honrada, ahí es cuando todo el conocimiento científico vale tan poco o no valen cuando somos indiferentes y egoísta ante la necesidad y el dolor de otro ser humano.
Me preguntan que porque hago esto y porque insisto en escribir y trasmitir el amor por los demás al hablar de donación, además de que lo vivo en casa, se los grandes beneficios y bendiciones que nos deja a los que donan como a los que reciben, porque hay muchos pacientes que necesitan saber, necesitan tener una esperanza, necesitan ánimos para continuar con este peregrinaje en la vida que les tocó vivir, para reconfortar, para hacerme sentir útil, para regresar a Dios y a la vida todas las bendiciones que he recibido, quiero cumplir un propósito.
En cada acto, cada pensamiento, cada sentimiento, me permiten cambiar y crear un mundo mejor, tengo la bendición de Dios para lograrlo, para continuar ayudando a quienes se puedan y que esté al alcance de mis manos y hacer de mi paso por este viaje llamado vida, un sentido y un propósito!
Por eso le pido a Dios que me colme de bondad, de alegría, de sabiduría, humildad y que me aleje del orgullo, la soberbia, la indiferencia, para que el dolor de los demás también me haga sensible y si se acercan a mi, encuentren en mi vida un poquito de él…
Soy donante de órganos…
Y eso me cambió mi vida.