Sonia Ruíz
INICIO DE SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA, 1º DE AGOSTO
Se debe hacer un esfuerzo para garantizar que todos tengan acceso al apoyo y las oportunidades de lactancia materna. El apoyo debe incluir políticas y actitudes que valoren a las mujeres y la LM. Hay que valorar a las madres que amamanten, pero también hay que asegurarnos de que reciban el apoyo que necesitan. Se tiene que trabajar para mejorar la condición de las mujeres en el hogar, en el trabajo y en la vida pública para que no se censure en esta última, de modo que se normalice y de que no obliguen a las mujeres a elegir entre sus familias y su trabajo. Debemos dar carpetazo a las promociones explotadoras de leche para bebés en todos los contextos.
Toda mujer embarazada, habiéndolo planeado o no, debe tener amplio conocimiento sobre la alimentación de su bebé y debe saber que la mala nutrición durante las primeras etapas del ciclo de vida puede conducir a daños extensos e irreversibles en el crecimiento físico y el desarrollo del cerebro y la lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los bebés, pues con esta, se les ofrece los nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado y se les ofrece protección contra enfermedades. La OMS,( organización mundial de la salud), recomienda que los primeros seis meses de vida de todo bebé su alimentación debe ser exclusivamente la leche materna, para después de los seis meses, continuar con la LM complementaria hasta los dos años de edad o más. En la Asamblea Mundial de la Salud del 2012 se aprobó que el objetivo global de nutrición era aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de edad al menos al 50 % para este año de 2025, sin embargo, datos recientes demuestran que solo alrededor del 34.2 % de los niños menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva, según el Instituto Nacional de Salud Pública. A trece años de esa proyección todavía hay un camino muy largo por recorrer para alcanzar la meta global.
Sería interesante saber por qué de cada diez niños nacidos vivos, siete no reciben lactancia materna exclusiva, solo tres, como médico, no es difícil intuir que pudiera deberse a la falta de producción láctea, rechazo del bebé, actividades u ocupaciones de la madre y el estado de salud, causas que hoy día, no debieran existir en su totalidad, hay métodos para producción de leche, así como condiciones laborales que lo permiten.
Hay tantas bondades de la LM prolongada que ayuda a reducir el riesgo de sobre peso y obesidad en un 13 %, lo que contribuye a combatir las enfermedades no transmisibles causadas por la obesidad. También disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 en un 35 %. Amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19 % en el riego de leucemia en la niñez, comparado con un periodo más corto o con no amamantar. Está comprobado que los bebés que son amamantados tienen un 60% menos riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados. El efecto es aún mayor para infantes que reciben lactancia materna exclusiva. Otro aspecto muy importante que se logra al amamantar a un bebé, es que aumenta el apego entre madre e hijo con esta interacción y se asocia con respuestas más sensibles de la madre, creándole seguridad al infante con este apego. Hay algo que en lo particular me llama mucho la atención, se dio seguimiento a un grupo de niños que fueron amamantados con la lactancia materna exclusiva y 30 años después de su nacimiento, estos adultos tenían salarios más altos, el aumento de su inteligencia fue atribuido a la LM. Si se lograra implementar la Lactancia Materna Universal se ahorraría US $ 302 mil millones al año en todo el mundo a través del aumento de I.Q. en la población.