Skip to main content

EL CAMPO NO AGUANTA MÁS

Por: Arturo Nahle García

Producir los alimentos para más de 130 millones de mexicanos no es un asunto menor, al contrario, las políticas de apoyo al campo deben ser las de más alta prioridad para cualquier gobierno. Así fue en México durante los gobiernos emanados de la revolución, sus políticas fueron de tal magnitud que sus críticos las denominaron “paternalistas”.
Y es que cuando un grupo de campesinos no tenía tierra para trabajar se la pedían a la Reforma Agraria y “papá gobierno” se las daba, en 75 años se repartieron más de cien millones de hectáreas a aproximadamente 30 mil ejidos y comunidades.
Cuando esos núcleos agrarios necesitaban semilla para sembrar iban a la Productora Nacional de Semillas (PRONASE) y “papá gobierno” les daba semilla mejorada.
Cuando necesitaban agua para regar o para el ganado, iban a la Secretaría de Recursos Hidráulicos que después se convirtió en la Comisión Nacional del Agua y “papá gobierno” les perforaba pozos o les construía bordos y presas con canales de riego. De gran ayuda fue la atinada decisión de la CFE de establecer tarifas preferenciales a los pozos agrícolas.
Cuando requerían fertilizante iban a FERTIMEX y “papá gobierno” les daba fertilizante; y si necesitaban asegurar su cosecha para protegerse de posibles sequías o heladas, iban a la Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera (ANAGSA) que después se convirtió en AGROASEMEX y “papá gobierno” les aseguraba sus cultivos.
Y si requerían financiamiento para la compra de tractores, implementos e insumos, iban a BANRURAL que luego se convirtió en Financiera Rural y “papá gobierno” les daba crédito barato, de hecho muchos créditos otorgados por el banco nunca se pagaron.
Y si querían un precio justo para sus productos, “papá gobierno” a través de la CONASUPO fijaba los denominados precios de garantía y apoyaba a los productores con el acopio, distribución y comercialización de sus cosechas. Simultáneamente se abrieron escuelas y casas de salud en todas las rancherías, se electrificaron y se construyeron infinidad de caminos de terracería. Fueron los años del desarrollo estabilizador en los que nuestra economía crecía al 9%.
Sin embargo en 1988 llegaron al gobierno los economistas y dijeron que el paternalismo había sido un fracaso porque el campo mexicano era improductivo y los campesinos no salían de la miseria; reformaron la Constitución para finalizar el reparto de tierras, desapareció la Reforma Agraria, desapareció la Productora Nacional de Semillas, se dejaron de construir presas y canales para riego, se privatizó Fertimex, se liquidó Banrural y también la Conasupo.
Después de desmantelar todo este entramado institucional, se firmó el TLC y se puso a competir a nuestros ejidatarios con los productores de California y los rancheros de Texas. Para supuestamente homologarlos, Salinas de Gortari optó por darles dinero, así nació el PROCAMPO, pero el apoyo era a cambio de que sembraran, si no había siembra no había dinero; éste programa hoy se llama PROAGRO.
Pues han pasado más de treinta años desde que se abolió el paternalismo y el campo sigue igual de improductivo y el campesino igual de pobre. Actualmente importamos veinte millones de toneladas de maíz al año, también trigo, arroz, sorgo, soya, algodón, leche y carne de cerdo, entre otros productos básicos; seguimos muy lejos de la anhelada autosuficiencia alimentaria.
Para acabarla de amolar, los grupos delincuenciales extorsionan o desaparecen a los productores y en nuestras terribles carreteras asaltan a quienes transportan sus frutos. Los casos más sonados son los de los limoneros y aguacateros, pero la misma suerte corren cañeros, cafetaleros y ganaderos.
¿Y qué está haciendo al respecto la Cuarta Transformación? Por lo pronto este año resucitó la PRONASE, ahora se llama Productora de Semillas para el Bienestar y está en Calera; los fertilizantes que producía Fertimex ahora se importan; los precios de garantía y los servicios de acopio y distribución que llegó a proporcionar la Conasupo ahora son responsabilidad de la corruptisima SEGALMEX que este año se fusionará con DICONSA.
Así las cosas, los bloqueos carreteros de esta semana son totalmente entendibles; insistir en que atrás de las movilizaciones está la oposición, la derecha o Frankenstein es no querer ver la realidad, la realidad es que el campo no aguanta más y alguien tiene que recordarle a nuestra presidenta que de este sector no solo depende la alimentación de su pueblo, no, también depende la paz social.
arturo.nahle@hotmail.com