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CUARTA TRANSFORMACIÓN ¿LA ESPERANZA DE MÉXICO?

Por: Isadora Santivañez Ríos

Terminan las campañas e inicia un proceso de recomposición y acomodos de los diversos órdenes de Gobierno, en donde los que serán los nuevos representantes populares y funcionarios públicos preparan una serie de programas y proyectos tendientes a modificar la actual distribución administrativa.
La promesa de transformación obliga a una serie de cambios estructurales que de manera sustancial mejoren los trámites burocráticos y ordenen las finanzas públicas, además se espera que el nuevo orden permita reacomodar múltiples factores que deban incidir de manera positiva en mejorar los índ ices delictivos, en reducir la pobreza en el Estado, terminar de manera tajante con la corrupción, obtener un sistema de salud de primer mundo y generar una detonación económica sin precedentes, entre muchos otros factores.
La esperanza de México reacé el día de hoy en un partido que ha dejado de ser oposición y da pasos agigantados hacia la consolidación de su poderío hegemónico.
La ciudadanía espera bastante del nuevo partido en el Gobierno y el reto es desmedido, sin embargo, también se está a la expectativa, ya que muchos consideran que lo que se avecina, más que ser una trasformación, será una serie de pretextos y justificaciones, en donde se le pida a la ciudadanía comprensión respecto a la dificultad que representa “limpiar” al Estado de la corrupción y la ineficiencia.
Esto debido a que en la mayoría de los Estados en donde Morena ha gobernado, lo único que ha cambiado ha sido el bolsillo de quienes a manos llenas hace uso del recurso público a costa del estancamiento económico y del sacrificio del desarrollo social de nuestro país.
Algunos se preguntan, cómo puede haber un cambio si quienes han llegado al poder, pertenecen a corrientes políticas de antaño, que han dedicado sus vidas a servirse del pueblo. Otros tantos consideran que la guía de Andrés Manuel López Obrador bastará para lograr una verdadera transformación de nuestro país y de nuestro Estado.
La Cuarta Transformación pretende situar a este sexenio al nivel de tres de los eventos más trascendentales de nuestro país: la independencia de México, la Guerra de Reforma y la Revolución; al igual que estos eventos, se proyecta que la 4T conlleve un cambio profundo, el cual requiere fundamentalmente de algo que ya logró adquirir, supremacía política en todos los niveles de Gobierno, desde el ámbito municipal, hasta el Federal, por lo que los pretextos para no alcanzar esta meta, recaen únicamente en el actuar de quienes a partir del mes de Septiembre tendrán la oportunidad de ostentar el poder.
Esto, considerando que la Cuarta Transformación basa sus pilares en ámbitos que tienen que ver más que nada, con la voluntad de quienes dirigen las riendas del país, ya que temas como la austeridad republicana, implican que de manera voluntaria, los propios funcionarios se cancelen a sí mismos privilegios, acabando con las compras de lujo y reduciendo los salarios del gobierno, pero en caso de que ellos tengan la voluntad de hacerlo, que ya es un tema que se puede poner en tela de juicio, ¿esto bastará para lograr una verdadera transformación?
Los cimientos ideológicos de la 4T se basan en el combate a la corrupción y la consolidación de los hábitos democráticos en México, ni más, ni menos. Por lo que el tiempo nos dirá si todos los ajustes reglamentarios y administrativos que realice este gobierno durante su sexenio serán detonadores de un cambio social y económico profundos que puedan llevar a nuestro país a lograr de manera pacífica el perfeccionamiento de su sistema, o simplemente serán parte de un programa sexenal de un Gobierno que lleva como bandera la “honestidad y democracia”.
Por lo pronto, nos queda ser observadores permanentes de las acciones de Gobierno, para desde la esfera de la ciudadanía o desde la oposición contribuir a lograr la verdadera transformación de nuestro país.