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LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

Por: Isadora Santivañez Ríos

El pasado 15 de Agosto, ocurrió en el mundo un hecho histórico que pone en peligro la protección de los derechos y libertades de las mujeres y representa un retroceso en la lucha por adquirir una vida plena y libre para todo este género, además de significar una derrota política para el mundo occidental, ya que el Gobierno Talibán recuperó el poder político en la hasta hoy conocida como República Islámica de Afganistán.
Esto significa que los grupos extremistas del Talibán que el 11 de septiembre de 2001 ordenaron y planearon el ataque a las Torres Gemelas y al pentágono, y que fueron derrocados por la coalición internacional de la OTAN liderada por Estados Unidos, han regresado al poder y lo hacen tras el uso de las fuerzas armadas, poniendo en riesgo el respeto a los derechos humanos de los ciudadanos y del mundo entero.
No debemos olvidar que los grupos talibanes extremistas tienen como misión vivir bajos los mandatos de su interpretación de la Sharia y difundir su mensaje a todo el mundo, exterminando todo aquello que vaya en contra de sus principios y preceptos.
Algunas de las prohibiciones que históricamente han impuesto a la mujer son: mostrar alguna parte de su cuerpo, reírse, salir solas de casa, representar algún rol en la esfera pública, ir a la escuela, usar tacones, vestirse con colores llamativos, maquillarse o usar algún tipo de cosmético, escuchar música, mezclarse de manera pública con los varones, practicar deportes, opinar, dar la mano, tener reuniones, asomarse por las ventanas o balcones, usar baños púbicos, dejarse ver la cara o salir sin velo, tener atención médica por parte de varones, entre muchas otras prohibiciones que ponen a la mujer en un papel inferior al de los hombres y que representan una falta total de respeto a los derechos y libertades básicas del género femenino.
Tras haber asumido, de nueva cuenta, el poder, la corriente extremista de los grupos talibanes afganos, una de las principales preocupaciones para la esfera global, es la protección y el respeto integral de los derechos de las mujeres, así como garantizarles una vida libre de violencia, ya que dentro de los castigos aprobados para ellas en el mundo oriental, se encuentran las amputaciones, palizas, lapidaciones, azotes y todo tipo de abusos verbales y físicos.
Es verdaderamente preocupante, que se genere un retroceso en la lucha de derechos adquiridos y que se someta a la mujer a vivir una vida llena de violencia y abusos, en la que no pueda gozar de sus libertades y derechos y no se le permita desarrollarse en el ámbito personal y profesional, por el simple hecho de ser mujeres.
Fuera de la esfera política, económica y social, que ya es preocupante, es necesario alzar la voz por todas aquellas que no pueden hacerlo, el ascenso al poder de un grupo altamente misógino y extremista, pone en riesgo no solo la vida de las mujeres y niñas de ese país, sino del mundo entero, prendiendo la señal de alerta para todos los grupos políticos de los diversos países que pertenecen a la esfera global, ya que pueden repetirse escenas como las de aquel lamentable 11 de septiembre, y provocar que inicie de nueva cuenta una guerra en la que las mujeres y niñas pueden resultar las principales víctimas.
Estamos ante una situación alarmante, en la que de manera sororaria debemos pedir a la comunidad internacional se una para exigir la protección de los derechos humano de las mujeres afganas, independientemente de creencias religiosas, es necesario priorizar la empatía, solidaridad, respeto y protección de todas y todos. Debemos evitar que Afganistán se convierta en un cementerio para las mujeres.