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EL EMPODERAMIENTO DE LA MUJER
Por: Isadora Santiváñez Ríos

En la últimos años, la mujer ha buscado la manera de generar condiciones de igualdad y respeto, que le permitan desempeñar un papel más activo en la vida social de sus estados. Es importante mencionar que los logros que el género femenino ha alcanzado se basan principalmente en el respeto a su autonomía y libertad de acción y expresión.
La historia nos remonta a aquellos años en los que la mujer no tenía derecho a hablar u opinar ni en su propia casa, en dónde era considerada únicamente como la señora del hogar, que tenía como responsabilidad exclusiva hacerse cargo de las tareas domésticas.
Con el paso del tiempo, el involucramiento de la mujer en la vida social fue cobrando fuerza y su actividad se fue diversificando en los distintos sectores sociales, por lo que las mujeres nos vimos en la necesidad de buscar ser valoradas y reconocidas en todos los rubros, ya que nuestra actividad, seguía siendo señalada, gracias a la cultura patriarcal y machista que prevalece en nuestra sociedad.
Es por tal motivo que a nivel mundial comenzó una lucha por alcanzar el empoderamiento de la mujer, el cual implica que participe de manera más activa en el desarrollo económico y social de su entorno, dejándola en una condición de igualdad ante el hombre, se refiere a que la mujer pueda alcanzar mayor autonomía, a su reconocimiento y a la visibilidad de sus aportaciones.
El empoderamiento de la mujer pretende promover la igualdad del género en todos los niveles, generar condiciones equitativas entre hombres y mujeres, proteger los derechos humanos de la mujer y eliminar la discriminación, entre otras cosas.
Es por tal motivo, que resulta fundamental profundizar respecto a la necesidad de impulsar el empoderamiento de la mujer en todos los sentidos, para de esta manera ayudar en la lucha por el reconocimiento social y por alcanzar una verdadera condición de igualdad ante la hombres.
El empoderamiento debe ser económico, psicológico, cognitivo y político, ya que la transversalidad de sus acciones permitirá lograr uno de sus objetivos principales, el cual es, cambiar la distribución del poder, para generar un balance en las relaciones personales e institucionales.
El primer paso para lograr el empoderamiento es el reconocimiento de la realidad estructural en la que vivimos, la cual genera condiciones de desigualdad social dentro de la vida cotidiana, posterior a visualizar nuestra realidad, es importante que desde un ámbito personal, las mujeres adquieran autoconfianza y revaloricen su papel en el mundo social, político, económico y cultural, este paso, en ocasiones, es el más difícil de alcanzar.
Sin embargo, el empoderamiento psicológico necesita, obligatoriamente, ser reforzado por la independencia económica, ya que esto genera autonomía y libertad para decidir de manera independiente. Una mujer que tiene conciencia de la realidad, que cuenta con la capacidad de darse valor y respeto y que es independiente económicamente hablando, puede encaminarse rumbo al sendero del empoderamiento.
Pero, no podemos dejar de lado, el hecho de que el empoderamiento implica un rol social, un reconocimiento a nivel público, por lo que es importante que las mujeres que busquen lograr está condición se den la posibilidad de organizarse colectivamente para buscar una transformación no solo de sus propias vidas, sino de las vidas de otras personas cercanas a su entorno.
Una mujer empoderada inspira y se convierte en ejemplo a seguir para otras mujeres, es alguien que aporta de manera positiva a su comunidad y que puede ser transformadora social, además permite conseguir el objetivo primordial de equilibrar la distribución del poder entre ambos géneros.
Al momento de tener un balance en las relaciones de poder, se genera una interrelación equitativa, libre de prejuicios y de acciones misóginas, que minimicen el papel de la mujer. Es por eso, que es importante hacer un esquema de clarificación de escenarios, en los que se sustenten de manera precisa las aportaciones de las mujeres en la vida social, política y económica de nuestros estados.
Esto con la finalidad de permitir su empoderamiento y junto con ello, impulsar el crecimiento de la mujer y el hombre de la misma manera, lo que a su vez ayudará a las mujeres a mejorar su autoestima, tener mayor confianza y seguridad en sí mismas y por ende, jugar un papel más determinante y en positivo dentro de nuestra sociedad.