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Psicóloga Maira Gallegos

SIMPLIFICACIONES O NEGACIONES.

No existe problema alguno (a lo sumo una dificultad) y cualquiera que lo considere como tal está loco o actuando de mala fe y esto, de hecho, es el único origen de cualquier dificultad que se admita.
Paul Watzlawick.

Existen personas que intentan solucionar algún problema minimizándolo o negando que lo hay. En las interacciones humanas existen causalidades circulares y no situaciones lineales o unidireccionales, que provocan una serie de consecuencias en donde no todas las personas están en acuerdos. Algunos profesionales, para darle explicación y solución a esto han utilizado la teoría y práctica de la comunicación, y fundamentan en la premisa de que la comunicación debe ser clara, directa, abierta, franca, en una palabra, total. Pero no es tan simple.
En el mundo moderno, cambiante, interdependiente, y complejo existe la necesidad de interacciones con diferentes sistemas sociales, como familiar, organizacional, empresarial político, etc. Es aquí donde surgen las negaciones de los problemas (de algunas personas) y que muchas veces van mezclados de ataque y una forma grosera de simplificar la complejidad de la situación. Por ejemplo, la situación de la violencia que se vive en el país y que los sistemas de gobierno no quieren reconocerla. La problemática continúa y muy probablemente se agrava, gracias a que se mantiene la misma actitud que rehúsa reconocer la complejidad del problema. Estas simplificaciones de los problemas no dan lugar a cambios.
En cada uno de los sistemas se presenta este fenómeno. A nivel individual, el ser humano, según la teoría psicoanalítica presenta esta función de negación como un mecanismo de defensa, pero se limita a las necesidades y las pulsiones inconscientes a las que se impide surgir a la conciencia.
En la interacción en los sistemas, Watzlawick menciona que los efectos interpersonales, al negar los problemas que no se pueden negar (y que muchas veces son conscientes) son más serios y mas llamativos que a los que puedan ser identificados de un individuo debido a la negación como mecanismo de defensa.
Lo que no se dice también comunica y gran parte de lo que no se dice en la comunicación o que es ignorado, en gran medida por las simplificaciones, resulta en un esfuerzo totalitario. Una de las leyes básicas de la teoría de la información dice que, por ejemplo, la aparición de la letra a no significa letra a, sino “no b a z”. Así, en el intercambio de información en la comunicación, el significado se comunica a través de aquello que no es comunicado.
Muchas veces el objetivo de negar la existencia de un problema o minimizarlo es también el de mantener una fachada socialmente aceptable o evitar el cambio.
El autor Ferreira en su libro de Psicosis y mito familiar menciona que un miembro de la familia puede saber (y lo sabe) que gran parte de la imagen familiar es falsa, y representa solo una línea de partido. Esto representa exactamente lo de los mitos familiares, secretos o lo que no se debe ver o saber de la familia, pero que todos lo saben. Estos son casos de patología sistémica. Aunque también hay sujetos que aprendieron a ver, pero al mismo tiempo ser cautelosos con lo que dice de ver, “pues quien ve detrás de la fachada es condenado si ve y dice qué ve, o loco si ve.
Las promesas de los políticos están llenas de simplificaciones. Cuando son elegidos se dan cuenta de que dichas promesas son imposibles de cumplir, pues se enfrentan a dificultades inesperadas. Para ellos es ideal que los problemas desaparezcan solo por el hecho de negarlos o por el uso de la fuerza.
En la dinámica de parejas también existen simplificaciones, y se mantienen por mantener el mismo intento de solución, negar o simplificar.
Actitudes que se consideran neuróticas o infantiles tienen origen en la aplicación constante de la misma solución cuando las circunstancias son drásticamente alteradas.
Las circunstancias cambian constantemente y conforme pasa el tiempo y las soluciones también han de cambiar con ello, aunque a veces ocurre lo contrario; se cae en simplificar la situación y a la larga toma mayor complejidad. Aquí toman importancia y poder los factores emocionales.
De estas terribles simplificaciones o negaciones se derivan dos consecuencias: el reconocimiento del problema (aunque sea un intento de solución) se considera manifestación de locura o maldad, y el problema que ha exigido un cambio se complica por el erróneo modo de abordarlos.
Los miembros de los problemas en este planteamiento son humanos (no son matemáticas o física) y tienen tendencia a intensificarse, así que cuanto más tiempo sin resolver una simplificación, se puede volver terrible al complicarse el problema.
Más vale que caiga la venda de los ojos o un rayito de iluminación para armar el rompecabezas que permita ver las piezas de un nuevo modo, y que permita por primera vez la solución.