Mis martes solicitan dueño:
busco a un compañero para practicar la danza del vientre en su cadera.
Deberá ser un hombre que crea en la magia para comprender a mis dedos cuando se multipliquen por cinco.
Otro requisito es que sepa jugar al mudo no me importa ser la primera, la décima o su mujer número 60, quiero creer que mis caricias son las mejores de su vida.
Mi hombre / compañero será halcón, aroma de café tostado,
cama recién tendida y silencio listo para tocar una primera nota.
Se reciben candidatos los martes de nueve a una.
Los demás días de la semana
seré artífice de mis propias historias, mi propio colibrí.