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Un viaje llamado vida

Masyela Pulido

A veces creemos que estar en desacuerdo es sinónimo de distancia o conflicto.
Pero en realidad las diferencias no nos separan, nos invitan a crecer, a dialogar y a crear algo más grande que nuestras ideas individuales.
Cada persona lleva un viaje de vida y una historia, una manera única de ver el mundo, con sus heridas, sus aprendizajes y sus vivencias.
Y cuando hay ese respeto y apertura, nace algo nuevo… algo que ninguno pudiera construir por sí solo.
Escuchar a otro sin necesidad de imponerse con el corazón y no con la urgencia de convencer, abre el espacio para el entendimiento mutuo.
Mirar al otro con respeto por su forma de pensar, aunque no coincida con la mía, es un acto de humildad.
Es estar dispuesto a flexibilizar nuestra postura, no como una renuncia, sino como un gesto de cuidado hacia el otro, es lo que permite crear puentes y no muros.
No se trata de pensar igual, sino de reconocer que cada persona tiene un valor, y en ese espacio compartido puede surgir una visión más amplia, más profunda, más humana!
Porque la verdadera palabra no ocurre cuando coincidimos, sino cuando somos capaces de dialogar, de escuchar, de entender desde nuestras diferencias.
El dialogo auténtico no busca uniformidad, no borra las diferencias, las transforma en puentes.
Al final no se trata de ganar una discusión, sino de dar tu punto de vista, de respetar y ayudar a quien lo necesita. Eso se logra cuando conectas tu corazón con el de los demás.
Piensa, hagamos una pausa y preguntemos. Porque deberíamos ayudar a quienes no conocemos?
Esto que acabo de mencionar es porque aún hay mucha apatía de le gente que se niega a aceptar la donación de órganos, que piensan que es algo que jamás van a necesitar.
Hablar de donación de órganos, es hablar de la vida, no de la muerte.
Esta es la razón por la que es tan importante hablar de este tema.
Así, tu familia de esta manera sabrá que estás dispuesto a ser donante y poder respetar esa decisión si llegara el momento. Habla con tu familia, da esperanza a quien está en esta situación.
Por esta razón trato de dialogar, de trasmitir mi amor y mi gran respeto a la donación de órganos, sin forzar, sin querer que pienses igual que yo, solo es ponernos en el lugar del prójimo, de quien necesita de ti para vivir.
Te platico lo que un paciente vivió cuando estuvo en espera de un regalo de vida…
“ el mejor acto de amor es saber que te van a trasplantar, después de tanto luchar por la espera de un órgano y saber que es gracias a Dios, a esa familia que te dió la oportunidad de por medio de su ser querido que se va, pero queda un pedacito de su vida en alguien que quiere vivir.
Fui trasladado hace 9 años y me logré graduar como abogado “
Eso es lo que un trasplante puede hacer!!
Renacer de la vida , de Dios y de un generoso donador…
Gracias infinitas por tanto amor por los demás…
En la tierra los llaman donadores, en el cielo son ángeles…

* Yo soy Orgullosa Donante de Órganos *