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¡Que vivan las mujeres heroínas que nos dieron patria!

Sria. Bennelly J. Hernández Ruedas

Que gran orgullo, este año nuestra conmemoración del Día de la Independencia adquirió un matiz histórico y profundamente simbólico; por primera vez, una mujer, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, fue la encargada de dar el Grito de Independencia de México.
Un acto que trasciende el protocolo y se convierte en eco de todas aquellas voces femeninas que, a lo largo de los siglos, participaron en la lucha por la libertad, la justicia y la igualdad, aunque sus nombres quedaron relegados, invisibilizados o reducidos a notas al pie en los libros de historia.
El grito de este 15 de septiembre no fue solo un recordatorio del llamado que hizo Miguel Hidalgo en 1810; también resonó como homenaje a las mujeres que, desde diferentes trincheras, entregaron su vida, su inteligencia y su fuerza para cimentar la patria que hoy habitamos.
Nombres como Josefa Ortiz, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra o Mariana Rodríguez del Toro, entre muchas otras, vuelven a cobrar vida en esta fecha. Mujeres que, pese a los obstáculos de su época, arriesgaron todo en un momento en el que ser mujer era casi sinónimo de silencio político y social.
La corregidora Josefa Ortiz, por ejemplo, fue quien alertó a los conspiradores del movimiento insurgente, a pesar del riesgo de ser descubierta y castigada. Su valentía permitió que la llama de la independencia no se apagara antes de comenzar.
Leona Vicario, reconocida como una de las primeras periodistas y defensoras de los ideales insurgentes, aportó su fortuna personal y su red de contactos para sostener la causa, además de ser perseguida y encarcelada por ello.
Gertrudis Bocanegra, en Michoacán, organizó una extensa red de mensajería y estrategia militar que fue descubierta; pagó con su vida, fusilada por su participación. Mariana Rodríguez del Toro, desde la Ciudad de México, fue pieza clave en los planes para liberar a los caudillos insurgentes.
Sus nombres, aunque hoy se rescatan con mayor fuerza, durante mucho tiempo fueron invisibilizados por un relato histórico que privilegió casi exclusivamente la voz masculina.
El eco de estas mujeres se enlaza con las conquistas sociales que han sido alcanzadas en las últimas décadas gracias a la lucha organizada del movimiento feminista. Desde la obtención del voto en 1953 hasta la paridad en cargos públicos lograda en años recientes, las mexicanas hemos demostrado que la participación política y social no es un favor concedido, sino un derecho ganado a pulso.
Hoy, esa larga batalla tiene como reflejo que la máxima representación política del país recaiga en una mujer, hecho que habría parecido impensable hace apenas unas décadas.
Es por ello que, esta ocasión el Grito de Independencia es muestra y recordatorio para todas y todos que, las mujeres hemos estado presentes en cada etapa decisiva de nuestra historia. Nuestra voz, por siglos acallada, resuena con fuerza en un balcón presidencial ocupado por una mujer que representa no solo a las que lucharon en el pasado, sino a las generaciones presentes y futuras que continuarán transformando México.
No se trata únicamente de celebrar un logro individual, sino de reconocer que este hito es producto de siglos de resistencia y de la constancia de millones de mujeres que abrieron camino en la política, en las artes, en la ciencia, en la educación y en cada espacio en el que antes se nos negaba la posibilidad de estar.
Hoy, más que nunca, se hace evidente que las mujeres somos una pieza fundamental en el tejido de la nación. Nuestro papel no se limita a acompañar la historia; la escribimos, la protagonizamos y la lideramos.
Cada vez más, nos situamos en puestos de decisión, dirigimos empresas, lideramos movimientos sociales y participamos en la construcción de un México más justo e inclusivo.
Sin embargo, el compromiso no es solo ocupar espacios, sino abrirlos para que todas tengan la oportunidad de hacer oír su voz, de ser parte activa en la transformación del país.
Que nunca más se silencien los nombres y los aportes de las mujeres; que nunca más se niegue nuestro lugar en la historia, desde la trinchera en que nos encontramos. Porque la independencia no habría sido posible sin nosotras, y el México que hoy celebramos tampoco puede construirse sin la participación plena de las mujeres.
¡Que vivan las mujeres heroínas que nos dieron patria!, ¡Viva México!

Correo electrónico:
bennelly.hernandez@zacatecas.gob,mx