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Divagaciones de la Manzana
A evitar tragedia

Martha Chapa

Otra vez la tragedia cruza por México. Ahora fue una explosión causada por la extracción de gasolina en un conducto, en Hidalgo. Un hecho muy doloroso, que para evitar que se repita, hay primero que detectar las causas que lo originaron.
En una de las conferencias matutinas que suele ofrecer el Presidente López Obrador a los medios de comunicación, algo se aproximó cuando insistía en qué se debe al abandono en que se encuentra desde hace años, la población ubicada en nuestros municipios y zonas de pobreza.
Pero si bien es cierto que la necesidad lleva a muchas gentes a actuar de esta manera, con el riesgo incluso de sacrificar su vida, el problema tiene muchas aristas.
En efecto, ahí junto a la pobreza se aprecia una evidente falta de conciencia sobre lo que puede afectar o perjudicar al acercarse a recoger esa gasolina que brota por los orificios, que intencionalmente se infieren en las tuberías de Pemex. Y justo por ello, esta dependencia debió haber emprendido precisamente desde hace semanas, especialmente al decidirse atacar previamente el fenómeno del huachicoleo, compañías eficaces para alertar de los peligros que representa a tal práctica, además de la ilegalidad que conllevan, en tanto que constituye un delito robar este producto y que tanto afecta a la economía del país.
Una más de las cuestiones inherentes al problema es el de la educación, es decir que en las escuelas primarias y secundarias, donde niños y adolescentes debieron recibir recomendaciones de sus propios maestros para reprobar tales conductas y en ningún caso ser cómplices de esas actividades delictivas.
Por igual, resalta la falta de civismo y solidaridad social para que lejos de convocar a familiares y vecinos a que se provean ilícitamente de gasolina, la ciudadanía debe constituirse en un sistema de alerta para que nadie se acerque a esos brotes que como atestiguamos pueden significar la muerte.
Finalmente, no podemos dejar de aludir a un sistema de protección civil y seguridad pública que en general es por ahora vulnerable y fallido, pues no pudo evitar este accidente de dimensiones desastrosa. Y así también, redefinir el sistema de cierre de los ductos, más rápido y eficazmente, pues dejar que transcurriera el tiempo y fuera de menos a más la fuga como ahora lo vimos, es negligente, irresponsable y mortal.
El problema es entonces multifactorial y por ende requiere de una visión integral que reúna o conjunte todas estas vertientes del problema, a fin de prever y actuar en sentido inverso a todas las deficiencias y misiones tan televidentes en el caso de Tlahuelilpan, Hidalgo. ¿Qué tal si el Presidente también mirara hacia dentro y fincara responsabilidades ya sea el sindicato o funcionarios de su gobierno?
Es preciso combatir si a los a los huachicoleros, pero no bastan las buenas intenciones del gobierno, por lo que es urgente indispensable definir estrategias, acciones y una logística, impecable pues no debemos dejar de pasar por alto la desgracia que se ubica y tiene su punto de partida en esa decisión institucional a la vista improvisada y aplicada con ineptitud.

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