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M.F. María del Carmen Salinas Flores

Mujeres y educación.

Las mujeres a lo largo de la historia hemos luchado por obtener un espacio fuera del ámbito privado, y el acceso a la educación no es la excepción, pues durante siglos se nos fue negado ese derecho, bajo el simple hecho de ser mujeres, en el mejor de los casos se brindaban cursos o algún tipo de educación especial para ser esposas, madres, hijas, es decir, ser buenas cuidadoras y continuar con el rol preestablecido para nosotras.

En este sentido, el acceso a los servicios de educación fue una de las fuertes demandas de los movimientos feministas, recordemos los famosos casos como el de Margaret Bulkley, una talentosa irlandesa, quien tuvo que vestirse de hombre para poder estudiar medicina, o como la misma Sor Juana Inés de la Cruz, quien tuvo que tomar los hábitos para seguir su pasión por la literatura y la escritura.

Ellas son sólo un pequeño ejemplo de todos los obstáculos que hemos atravesado las mujeres para ganarnos un espacio en las aulas, ahora dos centenarios después, hemos revertido esa estadística, y de acuerdo con los Indicadores de Género 2023, emitidos por la ONU el promedio de años de estudio de las mujeres fue mayor (10,7 años) frente a la de los hombres (9,7 años).

Estos datos parecen alentadores, pues incluso ahora llevamos ventaja en materia de educación, sin embargo, esta sería una visión sesgada y poco profunda de la desigualdad de género, pues si bien la lucha que se ha hecho por cientos de años ha surtido frutos, esto debe necesariamente mirarse de manera integral.

Para hacer un análisis profundo, debemos preguntarnos ¿los años estudiados por se ven impactados en más mujeres en el ámbito laboral?, ¿contamos con más mujeres en puestos Directivos?, ¿los espacios de elección popular ahora son de las mujeres?, desafortunadamente, la respuesta a todas interrogantes es negativa.

En este sentido, los Indicadores de Género 2023 establecen que solo el 35.8% de escaños son ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales en América Latina, asimismo, en esta misma región sólo en 36.3 % de los puestos directivos son ocupados por mujeres.

Es decir, de acuerdo a las estadísticas al lograr más años estudiados que los hombres no se reflejan directamente en otro ámbito, ¿entonces que esta sucediendo?, si contamos con más formación académica, ¿por qué es que la brecha laboral y política continua?

Esta respuesta no es sencilla, tampoco es unifactorial, sin embargo, de manera somera podemos hablar de los estereotipos de género que siguen pesando, los estigmas sobre nosotras aún pesan y mas en puestos Directivos y cargos de elección popular. Asimismo, destaca en este rubro la doble o triple carga de trabajo a la que nos enfrentamos las mujeres, que impiden que nuestro desarrollo profesional crezca de la misma manera que lo hacen los hombres.

El acceso al derecho a la educación es uno de los grandes logros del movimiento por la igualdad de género, sin embargo, también debemos enfocarnos en que los años que dedicamos a nuestra formación académica sean reconocidos en todos los ámbitos, para que más mujeres estemos en puestos de toma de decisiones y de elección popular.

Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Agenda Regional de Género en América Latina y el Caribe, Indicadores de Género 2023, disponible en https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/22c106e3-3bdc-4569-b8f9-cbed84edf582/content
Ibidem.

Secretaria de Educación del Estado de Zacatecas