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EL BARTLETT AFAIRE

 

I parte

 

LA DANZA DE LOS MILLONES

 

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

 

Estamos en tiempos de cuestionamientos máximos hacia el Presidente de la Republica, cualquier cosa que haga o diga es catalogada con un error garrafal o en el mejor de los casos como un acto de  contradicción y de inexperiencia en cuanto a su forma de gobernar.

 

Habíamos comentado en alguna de nuestras colaboraciones previas que aun y cuando AMLO conserva una aprobación importante de entre un 60 y un 70% de la ciudadanía, el restante 20 a 30% - sin contar con el 10% que no respondieron a las encuestas -  no desperdicia el tiempo y tienen los micrófonos abiertos para gritar al mundo sobre lo que consideran errores que el actual Presidente de la Republica ha provocado por su forma de gobernar después de solo un año de estar al frente de un país que se le dejo prácticamente en bancarrota y endeudado por las siguientes generaciones

 

Que si la economía está por los suelos – y claro que esta – no es porque los empresarios aun y cuando firmen acuerdos y vallan a Palacio una y otra vez, al salir del mismo se carcajean porque claro que no les interesa invertir y no es porque no tengan condiciones para hacerlo, pero me – y a muchos también – da la impresión que  arman una especia de compló… para que la popularidad del presidente decrezca cada día más. Es claro que ante estas condiciones el Gobierno dirigido por el tabasqueño ya tendría que haberse dado cuenta de lo que claramente es un hecho y actuar en consecuencia, es decir al estilo Roosevelt después de la gran depresión, donde tuvo que sacar los recursos para iniciar un programa de infraestructura financiada por el gobierno para sacar a los Estados Unidos  de esa gran depresión que afecto a los norteamericanos y al mundo entero en la primera mitad del siglo XX

 

A no pero si lo hace entonces también es cuestionado como en el caso de la producción de energía eléctrica que en los sexenios previos fue descuidada para proteger e impulsar los intereses sobre todo de las compañías españolas para que fueran ellas las que produjeran la energía eléctrica que necesita la nación, llegando al grado de producir ya en el sexenio de Peña Nieto, más de la mitad de la energía que se produce en este país.

 

Desafortunadamente los mexicanos tenemos corta la memoria y nos olvidamos por ejemplo de que hace una década en el intento de dejar de producir la energía que el país requería para darle paso a las compañías internacionales, una de las fuentes más importantes que en Chiapas, el sistema hidroeléctrico de la Cuenca del Río Grijalva que comprende las presas La Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas, espesificamente la de Chicoasen que actualmente produce el 44 % de la energía del país, los gobiernos conservadores del PAN,  específicamente de Calderón, ordenaron la disminución de su producción lo que provoco que la presa tuviera un excedente de agua en tiempos de lluvia, lo que provoco el desastre de las severas inundaciones que sucedieron en consecuencia sobre Tabasco principalmente.

 

Es decir un desastre inducido por los intereses del gobierno de aquellos tiempos solo para darle paso a las compañías internacionales, y ahora se dice que AMLO está tratando de volver a ganar terreno para la nación en la producción de energía eléctrica y se menciona que está intentando crear un monopolio estatal en cuanto a ello, y nos inventan que el gobierno y la Comisión Federal de Electricidad han puesto una seria de candados a las compañías privadas para quedarse con el monopolio, cuando claramente las palabras del presidente fueron las de invitar a los particulares tanto nacionales como extranjeros a que invirtieran en este terreno. Pero sin esperar a que se decidan,  el gobierno tiene que hacer lo propio y ante la inactividad intencional o de cualquier otro tipo de los particulares, el Estado – así con mayúsculas – está intentando llegar a producir el 75% de la energía eléctrica que el país necesita.

 

Y así podríamos hablar de muchas cosas más como cuando recientemente se comparó el robo de un libro en Argentina por el Embajador de nuestro país, con un costo de 200 pesos comparándolo con los miles y miles de millones extraídos por gente como García Luna ante la mirada complaciente de los gobiernos panistas de Fox y de Calderón, y también el de Peña Nieto, y claro ahora nos enteramos que el señor quedo con problemas del lóbulo frontal generados por la extirpación de un tumor cerebral, pero también por la edad. De otra forma no se podría explicar que ya en el aeropuerto intentara sustraer unas camisetas de una tienda en el Duty Free a su regreso a Mexico.

 

Pero quitando el asunto de este personaje que ya renuncio a su puesto “por motivos de salud” veamos otra situación, la de Manuel Bartlett de frente a las irregularidades de García Luna – y ya no se diga las de Medina Mora, Rosario Robles, Los Duarte, Borge, Medina etc. Que la lista seria interminable.

 

Es cierto que la Secretaria de la Función Publica investigo las propiedades de Manuel Bartlett de su pareja y las de sus hijos, y lo exonero ante la mirada cuestionadoramente agresiva de la comunidad y no solo de los personajes de la derecha que desgarraron sus vestiduras, sino también de muchos editorialistas de centro y aun de centro izquierda asegurando que esto era el ejemplo más vil de que las cosas no cambian y que desde el gobierno se protege a los amigos y se investiga a los adversarios.

 

Para empezar tenderían (quienes cuestionan el asunto principalmente en las mesas de discusión en la televisión y los periódicos como El Reforma y el Universal) que aceptar que lo que hiso la institución que dirige la Dra. Irma Eréndira Sandoval, fue investigar los bienes inmuebles que una investigación periodística a cargo del siempre confiable Carlos Loret de Mola – el compañero de montajes televisivos de García Luna -  declaro como relacionados al actual miembro del Gabinete de López Obrador.

 

Las conclusiones NO EXONERAN A NADIE, simplemente se da a conocer como las propiedades – más de 20 – y las empresas están a nombre de la pareja de Bartlett y de sus hijos; no son propiedad LEGAL del Señor Bartlett, la investigación nada tiene que ver ni tuvo que ver en cómo se armaron en su inicio estas propiedades y si pasaron de unas manos a otras, la realidad actual desde el punto de vista legal es que no le pertenecen al personaje en cuestión y NADA MAS y claro que muchos esperaban – y pueden seguir esperando de  preferencia sentados – que este señor fuera a dar a prisión, porque así como él – suponiendo sin conceder –  es el verdadero dueño de todo estos inmuebles y no su pareja o sus hijos, esto sería el resultado de los usos y costumbres de cómo se hacen las cosas dentro de la política del país por parte de un personaje que ha estado desde hace al menos 3 décadas – o más – en las primeras líneas del universo de la política, ha sido Secretario de Gobierno, Senador Gobernador etc.

 

Aquí el punto es que el señor declaro en su declaración patrimonial de bienes a la que es sujeto por Ley, tener propiedades con valor de 50 millones de pesos, mientras que el valor real de todas las propiedades que ahora está comprobado no están en sus manos sino en la de su pareja y la de sus hijos suma alrededor de 800 millones.

 

Puedo yo aceptar, o estar seguro – como lo están la mayoría de los que opinan al respecto – que esos 800 millones no son ni de su pareja ni de sus hijos –  aunque lo sean ya legalmente – sino el producto de sus actos dentro de la primera línea en puestos gubernamentales. Pero es así como se hacen las cosas allá en las alturas, López Obrador no es más que la excepción a la regla, por que como diría Hank, un político pobre es un pobre político, Hank fue el personaje que diseño las formas de hacerse multimillonario cuando se tiene una función de primer orden, un ejemplo sencillo, se diseña una vialidad importante, cuando solo es un proyecto se compra a precios de baratija todos los terrenos que rodean esa vialidad, se la construye y los terrenos alrededor se elevan exponencialmente en cuanto a su precio y todo ello dentro del marco de la legalidad.

 

Y ¿esto es ético? ¡Claro que no lo es! pero así son las cosas, así fueron y seguramente así seguirán siendo y AMLO lo sabe, fue por ello que echo abajo el proyecto del Aeropuerto de Texcoco, pero regresando al caso Bartlett, este tendría que tener la sensibilidad de entender que esta investigación que claro no llegaría a nada afectaba profundamente la credibilidad del Presidente, y en razón de ello debió haber renunciado, pero no lo hiso,  el daño está hecho.

 

Pero ¿pregunto? Esos 800 millones pueden compararse a los dos mil millones que en un solo acto de desviación de recursos – los hay más, muchos más –realizo García Luna desde la Secretaria de Gobernación a sus empresas y de ahí al extranjero, o es que son comparables el millón 800 mil pesos que ahora nos sacan que se gastaron en la traída de Evo Morales como dispendio mientras en la Cámara de Senadores gastan 300 millones solo en  cambiar unos pisos y algunas alfombras.

 

Bartlett merece respeto no por las formas en las que se hiso de estos cuestionados recursos inmobiliarios, sino por otras cosas que no se han mencionado, porque los actos positivos no se cuentan y suelen olvidarse fácilmente.

 

Esta historia continuara.