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Dr. José de Jesús Reyes Ruiz

¿VAMOS BIEN?

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Frente al desastre en los terrenos de la seguridad y la violencia y en el terreno de la economía, AMLO dice una y otra vez que VAMOS BIEN, realmente ¿Vamos Bien? Sería la pregunta que tendríamos que hacernos la mayoría de los mexicanos, tanto aquellos que votamos por eel como los que no lo hicieron. Los conservadores de derecha tendrían que no dar como un hecho los comentarios que al respecto hacen las cúpulas del PAN, sus expresidentes y algunos empresarios que no quieren dar su brazo a torcer, y tendrían que preguntarse como seguramente tendrían que hacerlo los de izquierda progresista, sobre si vamos bien. Es decir al fin de cuentas si aun con todo y lo que ha sucedido, NO SOLO EN EL ULTIMO AÑO, sino con los 7 presidentes neoliberales, sobre todo los últimos 3, FOX y CALDERON por parte del PAN y PEÑA NIETO del PRI si aun con todo lo que ellos hicieron, con todas las corruptelas que dentro de sus respectivos gobiernos se dieron, con todo lo que pidieron prestado – CASI 8 BILLONES DE PESOS – con todo lo que recibieron por los altos precios del petróleo durante la DOCENA TRAGICA en que fuimos gobernados por el PAN, con toda la enorme corrupción que se dio con el NUEVO PRI, con todo eso, si MEXICO es aún un país con algo de viabilidad o ya no tenemos ningún remedio.

Pero por el amor de Dios seamos serios y no nos salgan con que todo está mal por los actos – algunos de ellos un poco irracionales de López Obrador que recién cumplió un año como Presidente de la Republica.

El repite una y otra vez que vamos bien, pero día a día que pasa hay menos gente que se la cree. Aaun y con eso su nivel de aceptación es extraordinariamente alto, porque se encuentra entre el 60 y el 70% de los ciudadanos que aprueban su forma de hacer las cosas. Solo por contrastar los números recordemos que personajes como Piñera Presidente de Chile tiene niveles de aprobación por abajo del 13%.

Esto nos lleva a entender que descartando a un grupo de los encuestados que no contestaron la pregunta y que ronda alrededor del 10% nos deja a una minoría de entre el 20 y el 30% - por cerrar los números, que desaprueba la forma de gobernar del actual presidente.

Pero cuidado, esta minoría tiene una característica, es quien tiene los micrófonos abiertos y a muchos de los pseudointelectuales siempre afines a las cúpulas político empresariales de antes, que nostálgicos cuestionan muchas veces en forma total y absolutamente visceral cualquier cosa que hace – o deja de hacer – el tabasqueño. Sirvan algunos ejemplos como prueba de lo que afirmamos aquí en estas reflexiones, solamente escuchen o lean a personajes como María Amparo Casar quien festejaba con todo lo que hacía Peña Nieto como sus “reformas estructurales” la Caída de Luz y Fuerza del Centro etc. O Leo Sukerman líder de un programa televisivo donde participan también Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda un trio con una animadversión obvia y evidente hacia quien dirige a este convulsionado país, o los editoriales de Jesus Silva Erzo Márquez y de Sergio Sarmiento, o la columna editorial del periódico Reforma Templo Mayor, y que decir de personas como Francisco Martin Moreno, un historiador que antes solía escribir sobre los factores que hundieron a nuestro país a través de la historia, pero que ahora utiliza toda su tinta para descalificar a quien llama Mesías Tropical, adjetivo que utilizo otro de sus grandes detractores Krause y que decir de Alasraki comentarista ahora en la televisión, con columnas en algunos de los diarios y comentarios a micrófono abierto claramente descalificatorios hacia nuestro presidente, y asi podríamos seguir con una lista interminable de aquellos que aun siendo una minoría permiten con su gritería el equilibrio entre aquellos que apoyan y quienes denotan las nuevas formas de hacer política ahora desde Palacio Nacional.

Considero justo decir que periódicos como el Reforma tienen aún editorialistas que no participan en el boicot, como claro Carmen Aristegui, como ahora Guadalupe Loaeza – quien en algún momento se unió a los detractores pero volvió a alejarse de ellos para opinar si no positiva si en forma imparcial, o Juan Villoro que prefiere no meterse en política escribiendo sobre otras cosas, o Leonardo Curso y Jose Antonio Crespo, que tienden a ser imparciales, o Sergio Aguayo un personaje de izquierda que sin embargo critica lo que él entiende se está haciendo mal, o quienes escriben a favor – que son los menos - como Lorenzo Meyer o Porfirio Muñoz Ledo, o quienes son intelectuales de primer nivel como Denisse Dresser que sin embargo no puede ocultar un dejo de visceralidad en contra de Andrés Manuel.

Pero aun así con toda esta información de los medios tanto impresos como electrónicos, la mayoría en contra, y una poca a favor, esto es el ruido que escuchamos y que no ha logrado convencer a una ciudadanía que ya cree más en las redes sociales que en lo que está en los medios tradicionales y es así como se dan los números arriba mencionados y que los expertos se niegan a aceptar.

De las cosas que se hacen bien, prácticamente se comenta poco - demasiado poco – o casi nada, por ejemplo nadie mencionó que en un año como presidente y medio más como impulsor de las políticas sociales; el salario mínimo que antes a él había permanecido con crecimiento minimo, y siempre por debajo de la inflación, con estos nuevos tiempos que vive el país prácticamente se duplico a lo que era la regla aun en los tiempos de Peña Nieto, con la promesa de intentar seguir recuperando poco a poco su poder adquisitivo, y el crecimiento de 70 a 120 pesos no es nada despreciable, pero de esto se habla demasiado poco.

Andrés Manuel claramente está trabajando para que los dineros vallan directamente a la gente más marginada, sin intermediarios en su proyecto de Bienestar con ayuda directa a los jóvenes principalmente con las becas para que intenten seguir con sus estudios, con la apertura – difícil – de nuevos centros de educación superior allá en donde más falta hacen, con los programas de sueldo de 3 500 para quienes deciden salir de sus estudios puedan aprender oficios que en el futuro les permitan acceder a empleos mejor remunerados, con los dineros a los que pertenecen a la tercera edad o a los incapacitados etc.

Y claro la implementación de estos programas tiene sus fallas y ya se irá mejorando conforme pase el tiempo0 y sin duda que reunir estas enormes cantidades de recursos hace que lo que sobre en cuanto a los ingresos sea limitada y se tenga que recortar aquí y allá para que los dineros alcancen para los más pobres, porque el lema no ha desaparecido en la mente del presidente, por el bien de todos primero los pobres.

No hay dinero que alcance y menos cuando otra de las metas en la mente del presidente es aquella de no endeudarse por que los gobiernos anteriores vivieron prácticamente de prestado y aun así aumentando la deuda como en el caso de peña nieto – duplicándola – de 5 a 10 billones, y no se ve que haya realizado infraestructura que corresponda a esta enorme cantidad de recursos pedidos a la banca internacional, ni mucho menos Fox y Calderón fuera de la ESTHELA DE PUS y otras cosas menores nada se vio, es más Peña Nieto no pudo terminar el Tren que inicio de Toluca a la Ciudad de México, la refinería de Calderón en Tula fue un espejismo de donde solo quedo la barda perimetral y así podríamos seguir escarbando. La realidad es que los dineros que se pidieron en préstamos sirvieron para incrementar los recursos en los bolsillos de la clase política - y de la empresarial que gustosamente participio en enorme corrupción – así como los ingresos extraordinarios por los incrementos de los precios del petróleo sirvieron para enriquecer a políticos panistas como Diego Cervantes de Ceballos que aun así se negó a pagar los impuestos que tendría que haber pagado como el caso del predial de una de sus propiedades en Guanajuato.

Y que decir de Garcia Luna, pero esta es otra historia sobre la que escribiremos mas adelante.

Yo no podría responder si los grandes proyectos de infraestructura de López Obrador serán buenos o no, como el Tren Maya con una devastación ecológica que de acuerdo a los expertos en la materia no lo es tanto, o el proyecto del Istmo que a la mayoría de quienes lo piensan resulta un gran proyecto, o lo del Aeropuerto de Santa Lucia con todos sus bemoles que no son menores a los que tenía Texcoco. La realidad es que si logra realizarlos en los 5 años restantes de su gobierno entonces habrá demostrado con creses que las cosas se pueden realizar sin endeudar más al país, solo con honestidad y claro con las ganas de hacer las cosas, porque estos proyectos de infraestructura en cuanto despeguen tendrán que despertar y reactivar la actividad económica y las cosas mejoraran, no mucho según los expertos pero claro que mejoraran pero sobre todo se estarán realizando obras que quedaran ahí para bien del pueblo.

Esta historia continuarae más importan porque “Por el bien de todos, primero los pobres”