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Los problemas más urgentes de México no se limitan a nuestras fronteras.

Por: Claudia Anaya Mota

En las últimas semanas, la conversación y la preocupación han girado en torno a la política migratoria de Estados Unidos, que advierte sobre posibles deportaciones masivas de migrantes ilegales en su territorio, así como la reacción del gobierno mexicano ante una posible crisis humanitaria en nuestras fronteras.
La migración ha sido un tema constante y común en la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Es un asunto importante en la agenda política de los partidos Conservador y Republicano, que lo abordan según la coyuntura para ganar votos en cada elección, ambos partidos deportan migrantes, aunque el partido conservador es más mediático en sus acciones.
Sin embargo, dentro del país, desde la frontera norte hasta la sur, enfrentamos una crisis que se agrava día a día y afecta a millones de personas: la seguridad y la atención a la salud. Estos problemas erosionan el bienestar, la tranquilidad y la economía de millones de familias, sin importar si viven en comunidades remotas o en grandes ciudades. Zacatecas no es la excepción a esta realidad.
La reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) mostró que la percepción de inseguridad ha aumentado nuevamente. En Fresnillo, el índice creció dos puntos porcentuales para alcanzar el 90.9% y aunque nuestra capital ya no figura entre las 10 ciudades con mayor sensación de riesgo, este índice aumentó un 2.2% en el último trimestre de 2024.
Además, el robo de vehículos y el secuestro en nuestras carreteras parecen ser "tierra de nadie", ya que no hay actuación de la autoridad competente para prevenir y proteger la vida de quienes transitamos cotidianamente por Zacatecas. Es lamentable que el Gobierno del Estado promueva la visita a nuestros municipios sin garantizar la seguridad.
En materia de salud pública, se normaliza la falta de atención médica, infraestructura para diagnósticos certeros y medicamentos. El deterioro es tal que en los baños de los hospitales de primer contacto no hay agua potable para lavarse las manos. Las carencias son omnipresentes y medianamente se subsanan en los hospitales de primer nivel, que están desbordados atendiendo a sus derechohabientes que ya han recorrido un camino tortuoso para llegar a este grado de atención especializada.

En nuestro estado, hay ejemplos claros de ello: no contamos con un hospital de Primer Nivel; las familias deben viajar a otros estados para recibir atención médica con sus propios medios. Quienes se quedan aquí no tienen mejor suerte. La cancelación de cirugías "menores" en el Hospital General del ISSSTE de Fresnillo debido a la ruptura de una tubería que afectó los quirófanos, junto con las denuncias públicas que muestran imágenes de enfermos atendidos en el suelo por falta de camas en el Hospital General Luz González Cosío de la capital, son solo una muestra de lo que sucede en nuestras ciudades. ¿Se imagina cómo estarán nuestros hospitales en regiones y municipios?
No debemos centrar toda nuestra atención en lo que dice o hace Donald Trump; en Zacatecas y en el país, los hospitales están colapsando. Todos somos víctimas del gran rezago en la distribución de insumos y medicamentos; nuestro sistema sanitario está en terapia intensiva y nuestro derecho y garantía de acceso a la salud se desvanece día a día.
La seguridad y la salud son problemas que merecen toda la atención del gobierno federal, ya que su ineficacia atenta contra la calidad de vida de millones de mexicanos que contribuyen con su trabajo a construir un mejor país sin recibir nada a cambio.

Senadora de la República