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FIDEL: DIGNIDAD VS LIBERTAD

Dr. José de Jesús Reyes Bustamante

Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Quisiera, en estas reflexiones, compartir mi visión particular sobre quien creo  fue un gran estadista - desde mi punto de vista - sin lugar a dudas, FIDEL CASTRO
Si algo me ha enseñado la vida es que todos los seres humanos tienen claro obscuros, nadie de los que somos mortales podemos ser la luz o la obscuridad total, eso se los dejamos a los dioses y a los demonios, los mortales que nos encontramos en medio tenemos siempre matices intermedios que van desde el más tenue de los grises al más obscuro de ellos.
Eso fue como todo el resto de los mortales Fidel Castro un personaje de claroscuros, pero difícilmente alguien podrá ignorar su papel esencial dentro de la historia del siglo XX, muy por encima de tantos otros líderes y estadistas de todas las naciones, y claro que a la altura de personalidades que marcaron con su forma de vida al mundo en el que vivimos como Nelson Mandela - como recientemente lo afirmo Andrés Manuel López Obrador -
Cuando se rehace la historia del siglo XIX salen a relucir tres nombres como los que cambiaron el rumbo de la historia para bien, con sus estudios y su pensamiento, uno de ellos  Marx con sus conceptos sobre la economía, los otros dos; Darwin con sus estudios sobre la evolución, y Freud por sus estudios sobre el pensamiento y  el subconsciente y su importancia en las actividades del hombre.
Fidel Castro,  quien recién nos deja al cumplir los 90 años de edad, sin lugar a dudas debe considerarse como una de las grandes personalidades que marcaron el siglo XX.
Termina un periodo y se inicia otro con la partida de Fidel y la llegada de Donald Trump,   los augurios no son nada buenos como entenderán sobre todo aquellos que acostumbran  estar enterados del acontecer de los tiempos.
No soy muy afecto a los memes, y no tengo twiter, pero alguien me conto uno que más allá del humor que pueda o no contener, nos hablan de la realidad que vivimos.
Resulta que Fidel en uno de sus prolongados discursos – esto es ficción no realidad – comenta que no descansara hasta ver destruido a los Estados Unidos – lo cual no es real, el nunca deseo nada malo para esta nación, ni mucho menos para los estadounidenses – y al ver los resultados electorales del vecino del norte entonces declaro, los tiempos que predije llegaron, puedo morir tranquilo.
Es decir; si la apuesta que formulo en las presentes reflexiones se vuelve una realidad, las políticas al interior de la isla no creo se modifiquen mayormente, habrá apertura pero esta será lenta. Sin embargo el futuro que viene para la Unión Americana – y de paso a nuestro México por depender tanto de ellos – no es - con Trump - nada  prometedora, pues si bien ya estaba siendo rebasado en aspectos de la economía por el gigante Chino, ahora que se retira de los grandes tratados, solo debilitara su posición internacional primero comercial y después en todos los sentidos y al declinar de su poderío su liderazgo llegara a su fin.
Pero no estamos aquí para hablar de los Estados Unidos sino de Fidel Castro. Para comenzar tendremos que aceptar que su revolución fue la única que realmente triunfo en el siglo que recién termino, la mexicana resulto derrotada en manos de Carranza y Obregón que solo pusieron las bases para la formación de las corruptas instituciones que tenemos hoy en día, y los liderazgos de Villa y Zapata, si bien no fueron olvidados, perdieron en Celaya las posibilidades de armar una gran nación.
Otras revoluciones como la rusa termino en la instalación de un Comunismo de Estado con una feroz dictadura que terminaría - en la persona de Stalin - como una de las más devastadoras que el ser humano haya conocido. China por otro lado con Mao lograría triunfos importantes con su revolución cultural que sentó las bases para la formación de un país poderoso en todos los sentidos, pero que se alejó radicalmente – lo mismo que Rusia – del socialismo utópico,  un socialismo humanista comunitario – que impulso las ideas originales que no partieron de Marx sino de muchos siglos atrás.
Cuando todo el mundo guarda un respetuoso silencio ante la partida del líder cubano, Trump – como Fox, un par de boquiflojos – asegura que Castro fue un brutal dictador que oprimió al pueblo cubano, y esto me hace pensar en que o quien es un verdadero dictador, y como se les puede cuestionar desde una defectuosa democracia que ha permitido que personajes como Donald Trump se haga del poder y la presidencia de la aun nación más poderosa del mundo.
Siempre he pensado que quien va a cuestionar o a criticar a alguien, tiene al menos que tener una estatura moral para hacerlo, es decir, en lenguaje coloquial, no tener cola que le pisen, y Trump – como Fox – la tienen y la tienen demasiado larga para hacerlo.
En la antigua Roma cuando en momentos de crisis,  se nombraba a un líder y se le daba todos los poderes, supuestamente  mientras se recuperaba la normalidad, a esta persona se le llamaba dictador – el que ejerce el poder en forma absoluta -  nada que ver con un régimen totalitario o con el  totalitarismo que existió por ejemplo en la Unión Soviética.
Y si lo entendemos así estaremos de acuerdo para comenzar que Fidel Castro si fue un Dictador, porque por más de medio siglo él – y nadie más – decidió absolutamente todo sin compartir el poder con nadie.
En este sentido nosotros también tenemos dictadores sexenales, el Sr. Peña es el que decide todo, absolutamente todo, sin otros poderes,  que si bien existen, no le crean contrapesos porque son dominados ampliamente, y entonces cuales son los beneficios de una seudodemocracia como la nuestra a una dictadura como la que ejerció Fidel Castro en la isla.
La diferencia es una muy simple, Fidel era un estadista que buscaba lo que él pensaba era lo mejor para su pueblo, mientras que el Sr. Peña esencialmente busca lo mejor pero para sus amigos y  sus compadres, y claro para las elites, con lo que se crea una oligocracia en donde el poder lo tiene el dictadorzuelo en compañía de unos cuantos que deciden los futuros de todos sin interesarle las bases ni mucho menos los marginados a los que solo voltean a ver cuándo hay temporada de caza es decir temporada electoral soltando entonces todo un proyecto para la compra del voto como la que se está realizando en estos momentos en el Estado de México.
Recién leí a un editorialista cuyo nombre no recuerdo que en alguno de los medios nacionales de mayor circulación afirmaba que hacer las cosas siendo dictador era fácil - yo no estaría tan seguro – y lo decía por los maravillosos logros de la Isla en materias tan importantes como la salud y la educación, y claro el deporte y tantos más a los que países seudodemocraticos como el nuestro no aspira nunca a lograr.
Pero lo que no podemos olvidar es la historia - toda ella desde sus inicios - Castro mostro un respeto absoluto para el pueblo norteamericano, no así para sus líderes, y un entrañable cariño hacia nuestro país que es donde se armó el proyecto revolucionario - donde Fidel conoció, convenció y enamoro al Che con la revolución por venir - país de donde salió el navío Grandma en el que partieron unas decenas de hombres a la conquista de un país.
Castro nunca olvido esa parte de la historia, de su historia, de la de su pueblo, y por ello acepto estoicamente y con una gran dignidad estupideces como la de cenas y te vas de Vicente Fox y Jorge Castañeda, y; ni el ascenso de personalidades nefastas a los pinos, hiso que mermara el cariño y agradecimiento que tenía hacia nuestra nación, y por ello jamás se metió a opinar ni mucho menos intervenir en sus políticas – las de México  - que se fueron alejando de los países marginados para volverse de hinojos ante el poder norteamericano.
No debemos olvidar que los Estados Unidos por un lado vieron inicialmente con beneplácito la caída de Batista, verdadero dictador que servía a los intereses propios y los de su bolsillo -  y claro a los intereses norteamericanos -  porque pensaron que se instalaría un sistema seudodemocrático que ellos pudieran manejar a su antojo – un poco como lo hacen con nosotros – pero la personalidad, la dignidad y la independencia de Fidel rápidamente les hiso ver que no tenían el control y comenzaron a poner condiciones que desde entonces fueron inaceptables.
Fueron ellos y no una ideología en particular los que forzaron a Fidel Castro a voltear su mirada hacia la Unión Soviética en búsqueda de una protección que asegurara la viabilidad de la Isla recientemente independizada – porque tampoco olvidamos que salvo breves fracciones del tiempo, la isla estuvo bajo el control primero de España y después de los Estados Unidos que querían tener el control total como lo tuvieron siempre con Puerto Rico por poner solo un ejemplo.

Esta historia continuara…

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