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Dr José de Jesús reyes Ruiz
LO FEMENINO DE FRENTE AL SIGLO XXI LUCES Y SOMBRAS
Para documentar mi pesimismo… y el de los demás

Las presentes reflexiones pretenden ser una serie de diálogos epistolares con mi hija en el entendido de que ambos somos simplemente un par de profesionistas con algunos estudios de post grado, pero ni ella ni yo establesemos esta discusión desde la plataforma de expertos y conocedores profundos en la materia sino que lo hacemos como un par de seres humanos interesados en compartir informasion, aportar argumentos que puedan ser analizados por el otro y que tal vez – ojala – sean  de alguna utilidad a quien lea este intercambio epistolar que pretende desenredar el hilo de Ariadna, y en el que espero  - al menos en el terreno personal – me permita entender mejor aun mi propio pensamiento al respecto.

Guardando las proporsiones, recuerdo hace algunos años haber leído un caso paresido entre un padre y un hijo con respecto al pensamiento filosófico religioso, se trata de un filosofo francés cuyo nombre no recuerdo, formado en la cultura cristiana occidental que parte desde Platon, sin necesariamente ser un creyente, y su hijo que a sopresa suya había abandonado la universidad para dedicar su vida de lleno en el Budismo, una diciplina – que no una religión – que le modifico la vida al padre quien inicialmente no pudo entender este cambio, pero que atravez del intercambio de ideas a travez de cartas que se inscriben dentro de el libro que comento, logro entender la posision del hijo y con ello a muchos – como es mi caso – ajenos al tema, nos permitio entender mejor lo que significa el Budismo de frente a las maneras de pensar que hemos aprendido en nuestras culturas de occidente.

Y aquí vale la pena recalcar que el tema religioso es algo que en los años recientes nos ha costado discutir sin meter en el tema la viceralidad que nos aleja de la escencia del  pensamiento tanto de ella como el mio propio, yo reconosco ser parte de la formación que recibi de mis padres – buena o mala con pros y contras, con claros y obscuros y en algunos aspectos positiva y en otros muy negativa – y claro del entorno en el que cresi.

Y en el caso tuyo mi hija como supongo que es el caso de todas las familias que realmente estan interesadas en intervenir – siempre con las mejores intenciones – en proceso formativo, no te quedo de otra que absorver los aspectos tanto aquellos positivos como los negativos que tus padres – ambos – te enseñaron en algunos casos directamente y en otros en base a la observación de actitudes y patrones de conducta, que buenos o malos de cualquier forma contribuyeron a tu formasion como ser humano.

Mi manera de ver las cosas, y asi te lo he expresado muchas veces – somos una convinacion entre nuestra genética, es decir nuestra biología, en convinacion con nuestro bagaje cultural, es decir de los usos y costumbres que vimos en nuestros ascendientes, en nuestros padres. Para bien o para mal ambas raíces tarde que temprano salen sin que podamos hacer mucho para cambiarlas, para modificarlas, estan ahí, son parte de nosotros mismos, pueden ser modificadas pero solo parcialmente, y yo diría solo minoritariamente y de cambiar el cambio en estos usos y constumbres biológicos y heredados se realiza a un gran costo que tarde que temprano terminamos pagando, por que queda ahí en nuestro subconciente agazapado a la espera de salir provocándonos inesperados problemas que muchas veces no podemos solucionar.

Yo me he preguntado muchas veces – como todo ser humano que se respete – el quien soy, cual es mi ser real y cual es mi ser ideal, por que soy, que hago en este mundo y asi con las demás preguntas existensiales que todos nos hacemos en alguna etapa de la existencia, y te lo comento por que es importante partir de un punto real para discutir contigo estos asuntos de la religiosidad y el asunto femenino que son los que vamos a tocar en las siguientes cartas.

Es claro – no puede serlo de otra forma – que somos paresidos en algunas cosas y divergimos en otras, pero estoy convencido que son mas las cosas que nos unen que las que nos separan, lo que te puedo decir es que nuestra mentalidad es siempre critica, cuestionadora, que somos personas que les dice mas el nosotros que el yo y que se interesan mas y se inclinan al respaldo de la comunidad por encima de los intereses particulares o de grupo, en pocas palabras somos de una izquierda que significa esto presisamente y no otra cosa, ser de izquierda – desde mi particular punto de vista – es el adjetivo que tiene que dársele a quien privilegia los intereses de la comunidad de frente a los intereses personales o de grupo.

Siempre he pensado que el ser de una forma o de otra no descalifica de forma alguna a quien piensa diferente, recordaras que hace algunos años, tal vez un a década o mas – tu aun estudiabas tu licenciatura en Berkeley en el área de la Bahia de San Francisco, cuando nos reunimos para pasar la navidad en caso de una hermana de tu madre en Tampa, lo recuerdo por que ahí tuve una platica al respecto con el esposo de tu tia, norteamericano de nacimiento y una gente honrada y de bien que argumentaba – no sin tener mucho de razón – que el privilegiaba su interés personal y el de su familia por encima de los otros intereses, y que cuando su situación familiar estuviera en el punto en el que el la deseaba, entonces y solo entonces voltearía a ver la problemática de los demás, lo cual entendí como valido de frente a lo que juntos – tu y yo – aprendimos de los hermosos tiempos que pasamos en compañía de Don Samuel Ruiz y las comunidades indígenas donde lo comunitario, lo común era lo único que existía frente a un yo ausente asi como ausentes estaban de aquellas comunidades el pensamiento personal o de grupo.

Desde entonces entendí que para mi al menos eso de izquierda o de derecha representaba dentro de mi cabeza como dos mundos distantes uno del otro, uno prominente en el norte, moderno trabajador, económicamente privilegiado, ahorrador, de frente a otro mundo demayor apego a la naturaleza, de sobrevivencia en armonía con ella, un mundo donde se trabaja menos y se piensa mas, en donde se crea y se trasciende, un mundo diferente y claro pobre con muchas limitantes por el hecho de haber sido derrotados por los primeros y por el hecho de tener que subsistir en una modernidad que no les pertenece, a la que se sienten ajenos y de la que no forman parte.

Años después, cuando tuve la oportunidad de acompañarte, a ti y a tu hermano en la Universidad mas progresista – y por decirlo de alguna forma – mas inclinada a la izquierda de los Estados Unidos, una universidad donde nace el concepto de libertad de expresión en los 80 – por poner solo un ejemplo – tuve la oportunidad de visitar el maravilloso departamento de neurociencias en donde con el advenimiento de la resonancia magnética funcional, pudieron iniciar estudios sobre cosas que antes paresia menos que imposible, como por ejemplo los centros cerebrales relacionados con sentimientos como el amor, la fidelidad, la monogamia y o la poligamia y tantas cosas mas.

Fue ahí donde entendí con toda claridad que la tendencia sexual tenia mas que ver con la biología que con las conductas aprendidas a travez de la vida, y que entendí que se nace biológicamente con la tendencia a ser homosexual o heterosexual, tendencias que pueden ocultarse pero no desaparecerse y que estan ahí y saldrán tarde que temprano, y mientras no lo hagan producen una represión cuyas consecuencias ya fueron ampliamente estudiadas desde los tiempos de Freud y como ellas perjudican al ser humano.

Y toco este tema por que en el futuro nos enfrentaremos  - tu y yo – en el asunto de una iglesia, en este caso la católica – que yo profeso – y que tu ves con tanta desconfianza por tantas cosas negativas que ha traido en contra de la humanidad, y claro que tienes razón, por eso es que toco el tema de la tendencia sexual en donde claramente – como podrá verificarse en mis escritos – he cuestionado a la Iglesia Catolica – la iglesia a la que pertenesco – por su postura encontrada con respecto a las tendencias sexuales y su descalificación hacia aquellos que  tienen una tendencia sexual o amatoria con personas de su mismo sexo.

Mis cuestionamientos han sido a este respecto muy claros y hasta agresivos por que esa postura de muchos dentro de la iglesia, sobre todo de los mas conservadores, muestran el poco amor cristiano y lo poco que aprendieron de Jesus a quien dicen seguir, por que es como si descalificaran a un niño que nace con retraso mental, como si quisieran impedir que personas como las que pórtan una trisomía XXI o síndrome de down que tienen una extraordinaria capacidad amatoria, no pudieran casarse por el hecho de ser diferentes.

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