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Miscelánea
Aquiles González Navarro

Carta abierta al Presidente Municipal de Tabasco Zacatecas y al Secretario del Campo del Gobierno del estado.

Profesor David Saúl Avelar
Lic. Adolfo Bonilla Gómez.
El pasado miércoles 26, el periódico “La Jornada” publicó a ocho columnas y en primera plana: “En plena crisis, en tabasco construirán un Cristo gigante” y desglosa la información que: “la estatua tendría 31 metros de altura y sería más alto que el de Guanajuato”. “Estiman un costo de 20mdp, aportados por el Gobierno estatal, municipio y migrantes”.
Construir un Cristo en similitud al “Cristo Rey” que se localiza en Guanajuato y pretender la obtención de “ganancias” a partir de las “limosnas” que aporte la feligresía zacatecana y los que vayan de paso por el municipio, parecido a lo que ocurre en Guanajuato, se conoce en sociología como “imitación extralógica” y a poco conduce.
Si a ello agregamos que la finalidad de tal obra es el lucro, entonces no estamos hablando de una motivación de exaltación religiosa ni de contenido ético, sin considerar el rompimiento con el Estado Laico que fue producto de una lucha social.
Pero, más que meterme en consideraciones religiosas, de ética-laica o de exaltación divina, quiero pedir, tanto al Cabildo del municipio de tabasco, como a la secretaría del campo del Gobierno del estado, que modifiquen su proyecto y aprovechen una “oportunidad histórica” y única que hoy por hoy se presenta y que elevaría el nivel de vida en lo económico de miles de tabasqueños y lograría la repatriación de jóvenes, hoy “prácticamente refugiados” en los Estados Unidos por falta de oportunidades de trabajo en sus comunidades y cabecera municipal.
OPORTUNIDAD HISTÓRICA: En el transcurso de la presente semana o, a más tardar en la próxima, el Senado de la República comenzará el estudio y análisis de lo que será la reglamentación de la “siembra, cultivo y cosecha de la cannabis o marihuana”, así como de los usos “terapéutico, industrial, comercial y lúdico”.
Por sus características en cuanto a clima y nutrientes de las tierras de la región tabasqueña, resultan éstas ser “ideales”, precisamente para la SIEMBRA, CULTIVO Y COSECHA DE CANNABIS DE PRIMERA CALIDAD.
Seguramente que la reglamentación dispondrá que el “elemento psicoactivo”, el tetrahidrocannabinol presente en hojas y floraciones, vaya a alguna universidad o laboratorio de prestigio para los preparados medicinales ya estudiados por los científicos.
Las semillas (que no contienen cannabinoles) serían útiles en cosméticos o comestibles como ya se aprovechan en países del norte de Europa y que se consumen cual nosotros las semillas de calabaza.
En tanto que La Secretaría del Campo y el municipio de tabasco dispondrían de los tallos y así, las fibras de alta resistencia que se conocen como “cáñamo” y que los de la tercera edad conocimos en “aquellas lonas pesadas y de color verde” que en los años sesenta se utilizaban en los camiones de carga.
Se informa en “La Jornada”, de la disposición de veinte millones de pesos que serían destinados para la Estatua gigante. Cambiando su uso, bien podrían servir para la construcción de una “fábrica” de hilado de telas y elaboración de prendas diversas: pantalones, tenis, chamarras, casas de campaña, mochilas etc.
Sabemos que el cáñamo puede tejerse (combinarse) con algodón, seda o lino, lo que genera hilo de diferente calidad y dureza, según la prenda o producto final que se quiera obtener.
Se me ocurre que el municipio de Tabasco pudiera acordar con el gobierno federal sobre la fabricación de “TODAS LAS MOCHILAS” QUE SE OCUPARÍAN POR LOS ALUMNOS PARA EL PRÓXIMO CICLO ESCOLAR PRESENCIAL DE TODO EL PAÍS.
Mochilas de alta calidad y resistencia que hasta “los viejitos” de mi generación vamos a añorar una, igual que la burocracia del campo y del municipio.
Tendrá tanto trabajo esa empresa del Gobierno del estado, que podrá repatriar a los miles de jóvenes tabasqueños hoy expuestos a los designios perversos de Trump.
¡Anímese Presidente y Secretario del Campo! Y haga sus gestiones en la Secretaría de Gobernación para que inmediatamente que el Senado apruebe la reglamentación, el municipio de tabasco sea merecedor de una concesión para la siembra, cultivo y cosecha de cannabis en tan fértiles tierras, autorizándose por ahora el uso textil del cáñamo que se obtenga.
Estoy seguro que los tabasqueños verán con mejores ojos un proyecto que aprovecha el agua, el sol y la tierra para generar miles de empleos. El Obispo seguramente estará de acuerdo.
No omito señalar que el municipio zacatecano de Tabasco, sería el primer continuador del proyecto cardenista de 1940, que consistía precisamente en aprovechar el vegetal para crear en el país un detonador de industria textil y que en aquel tiempo los “intereses” gringos lo obstaculizaron.
Les reitero las seguridades de mi consideración.
31 de agosto de 2020
Aquiles González Navarro.