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VIOLENCIA POLÍTICA

Por: Isadora Santivañez Ríos

Desde mi óptica, la violencia política que sufren las mujeres en nuestro país, inicia desde el momento mismo en que incursionan en la vida política de México; a lo largo de los años se ha agudizado de tal manera que resulta una práctica tan común que, para muchos es imposible detectarla, este comentario parece simple a primera vista, sin embargo, conlleva un significado tan complejo y profundo que es difícil explicarlo en unas cuantas líneas, sobre todo desde el propio término, "violencia política".

No obstante, considero necesario abrir hilo respecto a este tema en nuestro estado, por la importancia que toma con la apertura y empoderamiento de la mujer en espacios de decisión e involucramiento en los diversos poderes que rigen nuestro país.

En mi paso por la política he sido parte y testigo de este tema, pero independientemente de tu actividad laboral, puedes sentirte identificada, abordemos pues el tema a detalle.

La violencia política contra las mujeres en razón de género, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, comprende todas aquellas acciones u omisiones de personas, servidoras o servidores públicos que se dirigen a una mujer por ser mujer (en razón de género), tienen un impacto diferenciado en ellas o les afectan desproporcionadamente, con el objeto o resultado de menoscabar o anular sus derechos político-electorales, incluyendo el ejercicio del cargo. La violencia política contra las mujeres puede incluir, entre otras, violencia física, psicológica, simbólica, sexual, patrimonial, económica o feminicida.

¿Qué significado tiene todo esto? Se comete este tipo de violencia cuando la agresión se genera por el simple hecho de ser mujer, en razón de género o estereotipos, comúnmente estos ataques tienen como trasfondo principal la descalificación, poniendo en duda integridad y capacidad.

Lamentablemente, es muy común considerar que la mujer que tiene la oportunidad de crecer en el ámbito político, lo hace a costa de favores sexuales o bien por relaciones sentimentales, poniendo en todo momento en tela de juicio la capacidad e formación, y experiencia. Contrariamente al crecimiento profesional de los varones.

¿Te parece familiar? ¡Anda de genio, es que es vieja! ¡Tú a mí no me vas a decir lo que tengo que hacer, ni mi vieja me manda, menos tú! ¡Que a la reunión solo vayan hombres, se tratarán temas complicados que no queremos que corran por los pasillos! ¡Es la nueva, seguro se comió al jefe!

Menosprecio por el trabajo, cuestionamiento de autoridad y exclusión en la toma de decisiones, son algunos de los factores que se presentan por el simple hecho de ser mujer.

Sin embargo, aunque es difícil de creer, esto es apenas una parte del sin número de actos relacionados con la violencia que sufren las mujeres que desean incursionar en el ámbito político de nuestro país, no debemos olvidar los casos de feminicidio cometidos contra las mujeres por participar en la política, las amenazas, intimidaciones, difamaciones, calumnias, imposiciones, limitaciones y demás actos relacionados con este tipo de violencia. Esto, sin mencionar que generalmente, se le impide a la mujer tener una competencia electoral en condiciones de igualdad, limitando el ejercicio de su función pública.

Por lo que resulta necesario, que se reconozca la segregación participativa a la que son sujetas las mujeres, derivado de comportamientos culturales de índole discriminatorio que hacen indispensable impulsar un sistema de garantías que protejan el principio de igualdad de derechos.

Es por ello, que a través de las leyes se han ido incluyendo de manera impositiva las cuotas de género o acciones afirmativas para garantizar la integración de las mujeres en los cargos públicos de elección popular.

En Zacatecas, contamos ya con una Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y se encuentra tipificado en el Código Penal de nuestros Estado el delito de Violencia Política por Razones de Género, imponiendo una pena de dos a seis años de prisión a quien realice por sí o a través de terceros cualquier acción u omisión que impida, limite o restrinja los derechos políticos electorales de las mujeres y el acceso a un cargo público o a las prerrogativas inherentes al mismo.

Esto sin duda es un gran avance, sin embargo, queda mucho por hacer, principalmente desde el ámbito cultural requerimos la empatía, la sororidad y solidaridad, así como el reconocimiento del trabajo político de las mujeres en nuestro país, es ineludible que la mujer busque alzar la voz y no se quede callada ante un acto de violencia, debe saber que las leyes la protegen, en estos tiempos en los que inician campañas electorales, es necesario tomar conciencia e identificar este tipo de actos que en nada abonan a la democracia de nuestro país, así que estemos atentos, ya que sin duda alguna, durante el proceso electoral que se avecina, este tema dará mucho de qué hablar.