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LA REFORMA ELÉCTRICA
Por: Arturo Nahle García

En octubre del 2013 se aprobó la reforma constitucional en materia energética que abrió un mercado de generación de energía eléctrica pero sin que el Estado perdiera la rectoría en el control del sistema eléctrico nacional y la exclusividad de transmitir y distribuir la energía como un servicio público indispensable.
Esta reforma pretendía que el sistema eléctrico nacional estuviera impulsado conjuntamente por la CFE y particulares bajo la conducción del Estado para reducir costos, elevar la productividad y eficiencia del sistema eléctrico y disminuir las tarifas.
También se eliminaron limitaciones a las energías renovables a gran escala mediante un mercado administrado por el Estado.
Como consecuencia de la reforma constitucional, el 11 de agosto del 2014 el Presidente Peña Nieto publicó la nueva Ley de la Industria Eléctrica que abrogó la ley expedida por Echeverría en 1975.
Esta Ley obliga a la CFE a comprar la energía a través de subastas y luego a despacharla con un criterio eminentemente económico, primero las energías renovables que aparentemente son más baratas pero son intermitentes, y después las de la CFE que no son intermitentes sino firmes y garantizan la confiabilidad y seguridad del sistema eléctrico nacional.
Pues ayer los Diputados aprobaron una reforma a esta Ley para eliminar la obligación que tiene la CFE de comprar la energía a través de subastas, modificar la jerarquización del despacho de las centrales eléctricas, revisar la legalidad y rentabilidad de contratos y revocar permisos supuestamente fraudulentos otorgados por la CRE.
Con esta reforma ahora se despachará primero la energía producida por las hidroeléctricas de la CFE, esta energía es limpia y es importante que así se haga para el buen manejo de presas y la reducción de desastres por inundaciones en la Cuenca del Río Grijalva. La propuesta tiene sentido social y de protección civil.
Después se va a despachar la energía generada en las plantas nucleares, geotérmicas, termoeléctricas y de ciclo combinado de la CFE. Estas energías se deben despachar primero porque su generación no se puede disminuir ni interrumpir, se debe entregar y despachar toda la que se produzca.
Posteriormente se despachará la energía eólica y solar producida por particulares y finalmente la energía producida por plantas de Ciclo Combinados de Empresas Privadas.
La iniciativa dice que actualmente la ley pone el interés privado por encima del interés público, que el no despacho de la energía producida por la CFE le genera pérdidas, que las energías renovables son aparentemente más baratas porque no se les agregan los llamados Servicios Conexos que provee la CFE, o sea que tienen un subsidio encubierto. Que eso es competencia desleal, incluso “Dumping”.
La reforma afecta los intereses económicos de poderosas empresas nacionales y extranjeras que obviamente acudirán a la Corte argumentando que su aplicación retroactiva es inconstitucional, al tiempo!