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Morismas de Guadalupe

Por: Gicela Andrade Ruvalcaba

Ya he hablado sobre Guadalupe y sus maravillas arquitectónicas, pero no de sus maravillas culturales. Como he mencionado anteriormente, creo que la religión es un medio, bastante extenso, para conocer un poco más, por lo que hoy hablaré sobre las Morismas de Guadalupe.
Me gustaría pensar que ya todos hemos ido a una, en algún momento, como buenos guadalupenses, pero de no ser así, estas se llevan a cabo dos veces por año, en el ya conocido campo de los moros, se busca por medio de estas representar la batalla de Lepanto entre los Cristianos y Musulmanes en el año 1571, donde se vieron victoriosos los Cristianos.
La morisma dura tres días; el primer día, se hace una peregrinación para bajar del campo hacia la misa, en el convento de Guadalupe. El segundo día, todas las tropas se reúnen en el jardín Juárez, y suben al campo, al llegar realizan representaciones de combate entre Carlomagno y Fierabras. Después se lleva a cabo una misa, y para finalizar se hace un simulacro de la toma de la plaza de los turcos. En el tercer y último día, se cantan las mañanitas, se hace un desfile y se llevan a cabo más combates, y se baja al santuario a recibir la bendición y de esta manera terminar la celebración. Este evento se lleva a cabo del 22 al 24 de junio en honor a San Juan Bautista, y los días 5 a 7 de octubre en honor a la Virgen del Rosario.
Esta escenificación nos lleva a una experiencia de otro mundo, haciéndonos sentir en tiempos pasados, remontando hasta la península ibérica, cuando los reyes católicos triunfaron sobre Boabdil, lo que puso fin a la Reconquista. Esta práctica, conocida mundialmente, hace que viajemos a través del tiempo y vivamos una batalla histórica. Los invito a darse la oportunidad de vivir esta maravilla de interpretación.