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LOS ERRORES DEL PASADO
Por: Isadora Santivañez Ríos

En la vida cotidiana, así como en la administración pública, es importante hacer una reflexión respecto a todos los aciertos y los errores que se han cometido, esto con el objeto de generar políticas públicas o tomar decisiones de vida que vayan encaminadas, en todo momento, hacia la mejora constante, mirando siempre hacia adelante.
La reflexión debe hacerse desde el momento mismo que decides tomar las riendas de tu vida, que decides animarte, cambiar cosas, emprender, proyectar o iniciar un nuevo proceso en el tránsito de tu subsistencia personal o pública.
En el caso de nuestros gobernantes, ellos deben reflexionar y analizar respecto de la situación del país, estado o municipio que desean representar, desde el momento mismo que inician un proyecto aspiracional, hacia algún tipo de cargo, para posteriormente enfocarse en trabajar durante un proceso electoral que lo pueda llevar a alcanzar el triunfo y con esto sus metas y proyectos de gobernanza.
Es imposible hacer propuestas de campaña si no tienes un escenario claro de cuáles son las necesidades reales de la población y cuáles son los problemas latentes de las comunidades. Es por tal motivo que es totalmente fundamental, conocer a fondo la situación real del país, estado o municipio que deseas representar y el cual administrarás durante un tiempo determinado.
Hoy en día, es común ver a nuestros gobernantes asumir algún tipo de cargo e inmediatamente empezar a repartir culpas por las malas decisiones de los gobiernos anteriores, a manera de justificación por su ineptitud o falta de capacidad, generalmente comienzan señalando los errores del pasado, tal parece que la primera función que cumplen los nuevos gobernantes es servir como críticos constantes de sus antecesores.
Se ha vuelto costumbre generar una dinámica discursiva enfocada en tres facetas específicas, la primera comienza junto con las campañas políticas, ya que quienes desean acceder al poder, enfocan sus discursos en la promesa de un cambio, en señalar la corrupción y el cinismo de quienes ostentan la responsabilidad de la administración pública, la segunda fase inicia una vez que llegan al gobierno y dejan de ser oposición, resulta que el discurso se vuelca a señalar los errores del pasado, en justificarse por no tener la capacidad de cumplir con sus promesas de campaña y en decir que no han podido cumplir sus compromisos porque los gobiernos pasados dejaron un cochinero y primero tienen que tener orden en la casa, para posteriormente ponerse a trabajar, la última fase llega al término de las administraciones, ya que es sabido, que le discursos de los representantes populares salientes se enfoca en decir que le hubiera gustado hacer más, pero que les faltó tiempo, ya que 3, 4 o 6 años son muy pocos para cumplir con tanto, y es por tal motivo que regresan de nueva cuenta a pedir la confianza de la ciudadanía a través del voto popular, con la ya permitida y muy controversial reelección.
Y así, elección tras elección y administración tras administración, vemos a los mismos de siempre decir exactamente lo mismo de siempre.
Los errores del pasado, deben ser juzgados por las autoridades correspondientes, sancionados y llevados a juicio, si existen culpables, que se les castigue, si las cosas se hicieron mal, que se rectifiquen, los errores no deben ser un tema mediático a merced de quien ostenta el gobierno, mucho menos, deben ser comparsa de las actuales administraciones.
Dejemos la política barata de lado y entendamos que en estos momentos lo que más nos debe importar, es dar resultados, la gente está cansada de las tres facetas discursivas de nuestros representantes populares, porque, así como la corrupción cansó en su momento, la ineptitud también cansa, pesa y hará sentir sus estragos.