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LA NUEVA FORMA DE HACER POLÍTICA

Por: Isadora Santivañez Ríos

En este mundo moderno en el que las tecnologías de la información van marcando tendencia y generan un tipo de interacción diferente y cada día más cercano, nos vemos en la necesidad de ir modernizando cada aspecto de nuestra vida para poder adaptarnos a todo lo que está en boga y con esto intentar formar parte del nuevo mundo.
Las figuras públicas hacen uso de las diversas plataformas digitales con el objeto de mantener vigencia y seguir dentro del gusto del público, lo mismo hacen los políticos, al formar parte de este nuevo orden dominado por las redes sociales.
Es así como vemos a figuras del espectáculo bailando y cantando en frente de sus celulares, intentando complacer al público, siendo las reacciones y comentarios lo más buscado por ellos, como si ahora estos nuevos sistemas sustituyeran el valor del aplauso en los escenarios.
Lo mismo pasa con las figuras públicas que participan dentro de la política, buscan la manera de penetrar a un mayor número de personas, a través de las publicaciones compartidas o del número de seguidores que tienen en sus páginas de redes sociales, como si tener 50 o 500 likes marcara la diferencia entre el número de votantes que tendrán, o bien, el de simpatizantes, considerando incluso la aceptación que tienes con la ciudadanía.
Hoy en día, es más común que las figuras públicas cuenten con un responsable de redes sociales que con un responsable de comunicación social, ya que es más fácil subir y compartir contenido en sus páginas oficiales, que lograr que los diversos medios de comunicación, manejados comúnmente por convenios, puedan difundir tu información o notas de interés como figura pública, además de que resulta más costoso.
Es por tal motivo, que no genera sorpresa ver a los llamados inflencers inmiscuidos dentro del mundo de la política, un ejemplo de ello, son las elecciones pasadas, en las que el Partido Verde, hizo uso de estos personajes para hacer publicidad de sus candidatos durante el periodo de veda electoral, tratando de aprovechar la falta de reglamentación de las plataformas digitales, por parte de las autoridades electorales, casos que fueron muy sonados y algunos llegaron incluso a ser sancionados.
Todo esto nos muestra una nueva forma de hacer campañas políticas, en las que las estrategias de 360 grados, procuran aprovechar todas las herramientas disponibles para conseguir objetivos de marketing enfocados en la unificación del mensaje y la propagación del mismo, desde el ámbito territorial y las campañas de aire, es decir, interactuando y tratando de entrelazar la ya tradicional operación política con las estrategias digitales.
Este tipo de estrategias de las campañas políticas, son hasta cierto punto novedosas e implican un sin número de estudios que a la fecha, no pueden ser comprobados de manera clara, debido a que su aplicación no ha sido lo suficientemente profundizada, sin embargo, es necesario hacer un análisis preciso respecto al efecto que genera este tipo de estrategias, que en honor a la verdad, apenas empiezan a ser estudiadas y analizadas por los especialistas.
Pese a esto, es fácil afirmar que los medios digitales y sus protagonistas se han convertido en puntos de influencia significativa, por lo que el marketing político comienza a enfocar sus esfuerzos en el estudio de los influencers y el papel positivo o negativo que pueden jugar dentro de la toma de decisiones de la ciudadanía.
Ya que su penetración es rápida y efectiva, el nivel de convencimiento y aprobación es significativo y su imagen resulta más atractiva para el público que la de las figuras políticas.
Un ejemplo claro de ello, lo vemos en la actual Presidenta honorífica del DIF en el estado de Nuevo León, Mariana Rodríguez, quién gracias a su papel dentro de las plataformas digitales ha logrado desprenderse de la típica imagen del político para convertirse en una celebridad, la cual logró generar un efecto que parecería increíble ante los ojos de los estudiosos de las estrategias dentro de las campañas políticas, ella durante la contienda electoral lograba provocar que la ciudadanía fuera quien buscara el acercamiento, formándose incluso durante largas horas para pedirle una foto y mostrarle apoyo a su esposo, quién aunque no lo pareciera, era el verdadero candidato y por quién la gente votaría, al final de cuentas.
Ella, representa un punto de convergencia entre la ya tradicional y la nueva forma de hacer política, independientemente de si estamos de acuerdo con sus formas o su imagen, es innegable, que la frase renovarse o morir llega al ámbito político, en el que la ya desgastada imagen de los partidos políticos y sus militantes debe prestar atención a las nuevas formas de interactuar con la ciudadanía y de ganar su aprobación.