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LOS CORRUPTOS EN MÉXICO, ALGUNOS ENTRAN Y OTROS SALEN DE LA CÁRCEL

Por: Isadora Santivañez Ríos

Al finalizar el sexenio de Enrique Peña Nieto, comenzaron una serie de especulaciones respecto a una supuesta cacería de brujas que encabezaría la entrante administración federal liderada por Andrés Manuel López Obrador.
La ciudadanía con un sentimiento debidamente fundado de coraje y venganza buscó que otro partido político que prometía llevar a todos los corruptos a la cárcel y combatir la impunidad, llegara al poder, para tener la posibilidad de iniciar este proceso de reparación del daño con el objeto de resarcir cuentas.
Lo que reclama el pueblo es muy claro, la población quiere justicia, por lo que iniciada la nueva administración comenzaron una serie de averiguaciones contra personajes reconocidos dentro de la política nacional y lo que resultó de primer momento fue confuso e incluso risorio.
Lo primero que pasó es que ya declarado Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, se anunció la liberación de una de las mujeres más señaladas por corrupción en las últimas décadas, es decir, en lugar de que los corruptos entraran a la cárcel, todo apuntaba a que dejarían en libertad a los que ya habían sido acusados, Elba Esther Gordillo, ex líder sindical del SNTE y quien fue considerada la mujer más poderosa del país y una de las más adineradas, sale de la cárcel después de permanecer más de 5 años en prisión por ser acusada de cometer los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.
Posterior a ello, inicia un proceso contra otro líder sindical, Carlos Romero Deschamps, quien mostró llevar una vida llena de lujos y excesos, además de haber estado involucrado en el escándalo de desvío de recursos conocidos como el “Pemexgate”, y esto dio a la población algo de aliento de que al fin, las cuentas serían saldadas; sin embargo, sorprendió a propios y extraños que Deschamps después de 26 años al frente del sindicato de PEMEX, renunciara y que con esto terminara cualquier tipo de proceso abierto en su contra. Todo apunta a que hubo un acuerdo político en el que con su renuncia se liberaría de cualquier hostigamiento por parte de Gobierno Federal. Y así fue, ya que a la fecha sigue en total libertad disfrutando una vida de magnate.
Esto representó un revés para la imagen de la nueva administración, que hasta ese momento se daba baños de pureza acusando a diestra y siniestra a todos los políticos de corruptos, pero finalmente, llegando a negociar con ellos a cambio de cumplir acuerdos políticos con intereses personales y dejando de lado la búsqueda por combatir la corrupción.
Posteriormente, por fin, vemos a alguien entrar a la cárcel, se trata de Rosario Robles, quien fue señalada por participar en la llamada “estafa maestra” y fue acusada por el delito de ejercicio indebido del servicio público, con lo que causó un daño al erario del pueblo. Rosario se encuentra en prisión preventiva “justificada”, aunque los delitos por lo que se le acusa, no ameritan prisión preventiva oficiosa.
Mucho se ha dicho que las verdaderas razones por las que Rosario Robles se encuentra en la cárcel, nada tienen que ver con un combate frontal a la corrupción por parte del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se trata, más bien, de una esperada venganza del mandatario federal y de Dolores Padierna, por el anterior encarcelamiento de Rene Bejarano, quien aparte de ser esposo de la actual Diputada de Morena, es parte del equipo cercano que ha acompañado a lo largo de los años al actual Presidente de la República.
Sin embargo, el caso más mediático y sonado ha sido el de Emilio Lozoya, ex director de PEMEX, quien luego de haber sido acusado de corrupción, lavado de dinero, tráfico de influencias y crimen organizado, y de haber sido detenido y trasladado a México, se encontraba como testigo protegido, por lo que no había pisado la cárcel, hasta el pasado 3 de noviembre, día en el que, el juez ordena prisión preventiva justificada en su contra.
Hasta el día de hoy, se encuentran únicamente dos personas detenidas por temas relacionados a la corrupción, los cuales aún no han sido enjuiciados, por lo que se espera se mantengan en la cárcel y la fiscalía no tenga que hacer borrón y cuenta nueva de ambos casos. Además es indispensable que Gobierno Federal dé muestra de que su discurso en contra de la corrupción era real y de que llegaron al poder con el firme propósito de transformar a México y librarlo de la impunidad y de la falta de trasnparencia.