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Mayela Pulido

Dios es más grande que nuestros miedos

Dios es más grande que nuestros miedos, que nuestros problemas, que nuestros errores, solo tenemos que reconstruirnos, que aprender de nosotros mismos y de los demás.
Cuantas veces nos embriagamos de egoísmo y soberbia, en nuestra historia personal, en el fondo no somos los que debemos hacer, somos personas vanas caminando sin claridad, lo más grande es ser y querer nuestro interior y hacer lo mejor por otros! Las pérdidas de personas o errores, es dónde podemos reconstruirnos y ser más valiosos!
Para mi, en cada entrada al hospital, es una sensación donde hay un cúmulo de sentimientos encontrados.
No se que duele más, un niño que está en una cama de hospital, donde muchas veces el no es consciente de su verdadera realidad, donde ellos saben que están enfermos y no imaginan cuál es la magnitud de su situación.
Algunos que afortunadamente para ellos y sus padres hay solución, hay cura, habrá bienestar… hay otros que tendrán sus días contados, que vivirán a base de medicamentos y su vida cambiará y no será igual que de otros niños, ahí está el dolor de los padres, con esa impotencia, ese dolor de no poder hace nada por el dolor de su pequeño hijo, ver un futuro incierto lleno de miedos y de preguntas inexplicables para esa pequeña vida que está sufriendo el dolor de una enfermedad.
Vas a otro hospital donde se ve todo lo contrario, aquí se ven como los hijos llevan a sus padres a su atención médica!
Ahora son los hijos los que sufren y se preocupan por ellos, que situación tan diferente, los niños sin saber qué pasa realmente, tienen la mirada alegre, feliz, llena de ilusiones, hasta por un juguete que con tanto cariño llevan las damas voluntarias para sacar una sonrisa en ese dolor físico que los aqueja.
El otro hospital, la mirada de los adultos, una vida recorrida, unas ganas tal vez de no continuar, un cansancio agotador de lo que ha sido su camino de vida…
Ambas situaciones duelen, los padres, los hijos, los niños…
Hay enfermedades en las qué hay mucha esperanza de vida, y, si la hay, muchas veces su calidad no es muy buena.
La inexplicable vida de todos los seres humanos, hay a quienes para los que están en una situación vulnerable, los que en apariencia se puede decir que lo tienen todo (dinero) es una verdadera felicidad, y no, tal vez tengan muchas cosas materiales, pero están llenos de miedos porque pudiera ser que muchos se acerquen por lo que poseen!
Y hay gente humilde que solo tenga un pedazo de pan que llevarse a la boca en todo ese día y llenos de amor a su alrededor.
Así de simple y compleja es la vida, solo hay que aprender de ella, de lo bueno y de lo malo.
Pero si nosotros podemos ayudar a los demás con lo que ya no necesitamos, sería tan valioso para ellos, para nuestra familia sería un consuelo para que el día que el día que vayamos a la presencia de Dios, digan que dejamos luz, que dimos vida, esperanza y mucho amor al prójimo, que afortunados son esas personas benditas que pudieron trascender al partir, que dejaron vida después de su vida!
No hay satisfacción más grande que el haber vivido no fue en vano, que fue un gran ser humano y que se reconstruyó, que aprendió y dejó un aprendizaje de vida…
No todos tenemos la dicha y fortuna de donar y los que las tienen, se definen como grandes seres buenos y bondadosos, que partieron y dejaron para siempre marcados una luz eterna…
Piénsalo…
Hazte donante de órganos y platícalo con tu familia…