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LA GLOBALIZACIÓN Y LA DOCENCIA

Por: Isadora Santiváñez Rios

La sociedad ha atravesado una de sus etapas más complejas durante los últimos años, ya que el fenómeno globalizador se ha posicionado en todos los aspectos y sentidos, ayudándonos a entender, de manera clara, que vivimos en un mundo interconectado y en constante cambio y movimiento. Y no me refiero a que la globalización sea mala o negativa, sino a que cada situación que acontece en el mundo, se viraliza y extiende gracias a este fenómeno, generando una inter-relación cada ves más estrecha.
Las redes sociales, así como los avances tecnológicos, nos permiten mantenernos informados de manera rápida y establecer relaciones con un sin número de personas, además de que facilita el intercambio comercial, cultural y social, dando paso al establecimiento de vínculos más cercanos que permiten disminuir las distancias y generar empatía con sectores sociales totalmente diversos a los nuestros.
Sin duda alguna, las ventajas de la globalización son numerosas y cada día se amplían y multiplican, sin embargo, es importante reflexionar respecto a fenómenos tan latentes como el que vivimos con el COVID-19, el cual llegó a demostrar lo frágiles y vulnerables que somos.
Una enfermedad que se presume, inició en China, de manera inmediata se extendió al mundo entero, cambiando completamente el entorno en el que vivimos y modificando nuestra manera de relacionarnos en el ámbito social.
Uno de los sectores que más se vio afectado con el COVID, fue el educativo, ya que, si bien, la globalización nos había permitido modernizar la forma de educar y enseñar, con el confinamiento, se tuvo que realizar una reestructuración sistemática a la educación, en todos sus niveles, implementando medidas, que sin un mundo globalizado, serían imposibles de llevar a cabo.
Las plataformas virtuales fueron las encargadas de permitir el seguimiento de las clases en línea, los servidores creados para enviar y recibir mensajes fueron los que sacaron avante los trabajos extracurriculares y las actividades extra, las tecnologías de la información y comunicación sirvieron como plataformas de impartición de clases, es decir, la creación de contenido digital fue fundamental para llevar una documentación de la información y el conocimiento que se transmitía por parte del docente.
El mundo cambió, pero la educación, fue el pilar fundamental de está transformación, dando ejemplo claro de la vulnerabilidad del sistema, pero también, del gran factor de compromiso y entrega de los docentes, quienes tuvieron que transformar sus hogares en aulas y áreas de trabajo, así como adaptarse a una dinámica laboral que dependía totalmente de la tecnología y de la interconexión digital (características fundamentales de la globalización) para llevar cabo sus actividades educativas.
En un abrir y cerrar de ojos, alumnos y maestros redujeron las distancias de forma segura gracias a los avances tecnológicos, la globalización dio muestra de que la interconexión tiene sus aspectos positivos y negativos.
La gran ventaja fue la posibilidad de utilizar las plataformas digitales como método de sustitución para dar paso a una nueva normalidad que vino a evolucionar por completo la forma de impartición de clases. Y el gran negativo fue la imposibilidad de contención de una enfermedad que se viralizó abismalmente debido a la facilidad de movilización e inter-relación que existe entre el mundo entero.
El sistema educativo creció a pasos agigantados y se adaptó de manera inmediata a la normalidad en la que hoy vivimos, dando muestra de que la entrega, dedicación y apertura de los docentes permitió mantener a la sociedad en movimiento, creando una red de difusión en la que se priorizaba la transmisión de conocimiento.
Pese a las complejidades como la falta de internet, la crisis económica, el desinterés por parte de algunos padres de familia, la dificultad de adaptación de algunos alumnos para llevar las clases virtuales o de forma semipresencial, los docentes hicieron un máximo esfuerzo, demostrando que la entrega, compromiso y vocación, están por encima de cualquier crisis, de cualquier problema o cualquier adversidad. Un aplauso para los docentes, gran admiración y reconocimiento para quienes entregan su vida en las aulas presenciales o virtuales. Dónde hay un maestro, existe conocimiento, capacidad y perseverancia.