Skip to main content

Mayela Pulido

Al final de la vida

Nada es fácil en esta vida…
Nada viene en paquete feliz. Todo tiene un precio.
Para mi labor y mi dedicación por los demás y por mi familia me da la fortaleza diario.
El ayudar a los demás, el estar en su lugar y entender lo que viven es una pasión que me permite crecer no solo socialmente, sino también espiritual.
La vida es un sueño que se deleita diariamente, nos permite equivocarnos e incluso fracasar, para empezar al amanecer nuevamente. Diariamente mueres, vives, naces y sueñas.
Vivir la enfermedad de mis hijos me ha permitido conocer los extremos de mi propia vida y de otros seres, disfrutar momentos de felicidad, tristeza y llanto.
Muchas veces la vida puede parecer dura, difícil, injusta y hasta cruel, pero los momentos bonitos que Dios nos da, también aprendemos, cuando lloramos, las lágrimas nos limpian el corazón; si, tenemos muchas cosas para llorar, pero también tenemos para sonreír.
Muchas veces la vida nos da la oportunidad de entender, de aceptarla, de amarla, respetarla, valorarla y hasta hacerla nuestra mejor amiga, teniendo la certeza de que todo lo podemos creer.
Vive, vive un día a la vez, con mucho amor y sin temor.
Por eso me sumo y me esfuerzo a favor de la donación y el trasplante, lo intento a diario, en todos los lugares, donde se pueda siempre toco el tema, quiero hacer un cambio, un cambio de pensamiento en el sentir del corazón…
Quiero aportar y crear en ti y en todos, una pequeña pizca de humanismo, de enseñanza, de empatía por Ei dolor de los demás.
En ocasiones me pregunto cuando se dará en este mundo tan fuerte y tan frágil, el sentimiento de amor propio y amor al ser humano.
Pues se necesita de un amor inmenso e impenetrable para poder tomar conciencia de lo que es el verdadero, único e incomparable amor por los demás…
La donación… benditos aquellos que ante el sentimiento de tanto dolor, pena, pensamientos encontrados por la pérdida de un ser querido, una lluvia de lágrimas que duelen como si las arrancaran del alma… dicen si… dicen si con el corazón, dicen sí porque sus convicciones están libres de prejuicios y a pesar de todo, permiten que su pena se disipe con alegría ajena de la familia que en espera vuelve a vivir. Gracias ángeles donantes !
Seguiré trabajando por una cultura de donación para seguir salvando vidas…
Yo soy orgullosa donante de órganos y tejidos…
Y tú?