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EL ASESINATO DE UN JUEZ

Por: Arturo Nahle García

Asesinar a mujeres, a jovencitos, a policías, periodistas, comerciantes, campesinos, sacerdotes o profesionistas es muy grave, pero asesinar a un juez es desafiar al Estado, al sistema, a todos.
Un juez resuelve los conflictos de las parejas por los hijos, los alimentos y los bienes cuando el amor y la sana convivencia se agotaron; un juez resuelve las disputas entre hermanos cuando los padres mueren y el patrimonio queda a la deriva; un juez resuelve los reclamos de personas que contrajeron obligaciones y que por mil razones no cumplieron; un juez obliga a los patrones a pagar a sus trabajadores los salarios y otras prestaciones devengadas; un juez manda a la cárcel a quienes por sus conductas antisociales constituyen un peligro para nuestra colectividad; un juez ampara y protege al débil de los abusos de las autoridades; en síntesis, un juez es un factor de paz social que combate la impunidad para preservar nuestro deteriorado Estado de Derecho.
Cuando se priva de la vida a un juez, se mata a uno de los encargados de que el pacto social persista, se mata a quien hace valer las reglas del juego que todos jugamos, el juego de la vida en común.
Pero cuando se asesina a un juez no se asesina del todo a la justicia, ésta subsiste mientras subsistan las leyes y las instituciones encargadas de aplicarlas. Aquí seguimos otras juezas y jueces que hoy estamos tristes, consternados e indignados por el cobarde asesinato de uno de nosotros, pero estamos de pie, más decididos que nunca a sumarnos a los esfuerzos de la mayoría para devolverle a Zacatecas la paz y la tranquilidad que los grupos delincuenciales nos han arrebatado.
Y digo de la mayoría porque somos más los que a diario nos levantamos a ganarnos decentemente el pan de cada día, que los que se levantan a destruir lo que construyeron nuestros padres y nuestros abuelos, lo que nosotros mismos a diario construimos con esfuerzo y amor a la patria.
Esa gente sin conciencia plena de la gravedad y consecuencias de sus actos, esa gente que inhibe el desarrollo del país, esa gente solo sabe que privaron de la vida a un encargado de aplicar la ley, pero ignoran que no nos privaron de nuestras convicciones, de nuestro carácter y valor, no nos privaron de nuestra responsabilidad y decisión; al contrario, el atentado cobarde contra un juez nos inspira y compromete a seguir dándole a cada quien lo que por ley le corresponde, en eso consiste la justicia.

*Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Zacatecas