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EL TECHO DE CRISTAL

Por: Arturo Nahle García*

Durante décadas, tal vez siglos, se decía en México (en el colmo de la misoginia), que las mujeres debían estar como las escopetas, “cargadas y en el rincón”. Ese era su rol, tener hijos y estar arrinconadas en las labores domésticas.

Fue el 17 de octubre de 1953 (hace casi 70 años), cuando el Presidente Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena. En las elecciones federales de 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto.

Sin embargo desde los años veinte, Chiapas, Yucatán y Tabasco habían hecho válido el derecho de las mujeres para votar y ser votadas, fue entonces cuando surgieron figuras como Elvia Carrillo Puerto “La Monja Roja del Mayab”, quien en 1923 resultó la primera mexicana electa como diputada por un Congreso Local; y Rosa Torres, quien el mismo año fue electa presidenta municipal de Mérida.

Pero esos dos casos se consideran excepcionales, fue hasta 1955 cuando la profesora y abogada potosina, María del Socorro Blanc Ruíz, se convirtió en la primera mujer presidenta municipal de México, hecho que la convirtió en uno de los personajes más emblemáticos defensores de los derechos electorales de las mujeres.

También ese año la nayarita avecindada en Mexicali, Martha Aurora Jiménez Quevedo, fue la primera mexicana en ser electa como diputada federal y ocupar una curul en el Congreso de la Unión.

Y fue hasta 1964 cuando la abogada campechana María Lavalle Urbina, junto con la odontóloga y abogada sonorense Alicia Arellano Tapia, se convirtieron en las primeras mujeres electas como Senadoras de la República.

En 1979 la maestra, escritora y política Griselda Álvarez Ponce de León, se convirtió en la primera mujer electa gobernadora de un estado en la historia de México (Colima).

Como se observa, no ha sido fácil ni de un día para otro, ir rompiendo el techo de cristal que le impedía a las mujeres subir, ascender, crecer, desarrollarse plenamente en los distintos sectores de la sociedad.

Y ese techo no está roto del todo, en casi 200 años en el Poder Judicial de la Federación ninguna mujer había ocupado la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, este lunes la Ministra Norma Lucía Piña Hernández rompió ese techo, bravo por ella, por todas las mujeres y por la impartición de justicia.

Pareciera que están dadas las condiciones para que en el 2024 se rompa lo que queda de ese ominoso techo de cristal, la Presidencia de la República

*Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Zacatecas