EL MACHISMO EN LATINOAMÉRICA
Por: Isadora Santivañez Ríos
Las mujeres de Latinoamérica hemos tenido que trabajar arduamente en el reconocimiento y protección de nuestros derechos humanos, intentando alcanzar una verdadera igualdad sustantiva dentro de un mundo machista y misógino que relega de manera arbitraria y cotidiana a este género.
La cultura latinoamericana se encuentra repleta de ideas y costumbres que ponen en segundo término a las mujeres, por lo que quienes nacen, crecen y se desarrollan en esta región, suelen adquirir ciertos patrones de comportamiento que intensifican las acciones negativas contra las mujeres.
Desde un punto de vista personal, el machismo representa una serie de acciones que de manera reiterada generan una cultura en donde se piensa que el hombre es superior a la mujer por naturaleza, se compone de ciertas conductas, comportamientos y creencias que promueven, reproducen y refuerzan diversas formas discriminatorias contra las mujeres.
Generalmente estas acciones violentan y relegan al género femenino, por lo que enraízan un sistema patriarcal que institucionaliza la subordinación e invisibilización de las mujeres y todo aquello considerado como femenino.
Según el Instituto Nacional de las Mujeres, el machismo es un término de uso social y académico que engloba al conjunto de actitudes, normas, comportamientos y prácticas culturales que refuerzan y preservan la estructura de dominio masculino y hetero normado sobre la sexualidad, la procreación, el trabajo y los afectos.
El supuesto de la superioridad masculina se expresa a través de diversas manifestaciones como la violencia física, psicológica y emocional; el consumo del alcohol y otras sustancias psicotrópicas; las expresiones vulgares, agresivas y descalificadoras contra las mujeres y personas no heterosexuales; la agresividad como respuesta ante los problemas y confrontaciones; y la homofobia.
Lamentablemente, México es considerado como uno de los países más machistas del mundo, incluso algunos autores piensan que el término “machista” es inventado por los mexicanos, según Mahtew Gutmann, los estereotipos sobre el machismo constituyen los ingredientes críticos en el capital simbólico empleado por los mexicanos comunes y corrientes, es decir, es normal ser machista en México, se considera parte de la cultura, de lo tradicional, del deber ser y de lo que se requiere perpetuar, a pesar de ser discriminatorio, ofensivo e hiriente.
Latinoamérica también ha dado muestra histórica de la cultura machista que existe en la región, adaptando ideas referentes a lo femenino y masculino, a la diferencia que existe entre hombres y mujeres, a la supuesta superioridad del varón y de todo aquello que se considera del y para el hombre.
La ONU ha identificado al machismo como “una pandemia a la sombra”, ya que en Latinoamérica 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia por parte de su pareja y 2 de cada 3 la ha vivido en los espacios públicos en donde se desarrollan, afectando en la salud, la libertad, la seguridad, el empleo, la educación, la economía y el crecimiento de quienes lo padecen.
En esta región, el poder y el control lo ejercen los hombres, los cargos de decisión los ocupan los varones, la participación de la mujer en la vida pública y política es incipiente, y las acciones afirmativas han sido llevadas a cabo de manera escalonada y progresiva, pero burocrática y con tropiezos, la violencia y discriminación tiene índices altísimos y el machismo no ha logrado tener una reducción en sus alarmantes cifras. En Latinoamérica el machismo mata...