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Madres Buscadoras

Por Claudia Edith Anaya Mota

La desaparición de personas no es un fenómeno nuevo en nuestro país. Durante la llamada “guerra sucia” de la década de los sesentas y setentas del siglo pasado, la desaparición forzada de personas opositoras al régimen fue una constante.

Desafortunadamente, en el siglo XXI con la llegada de un nuevo régimen a nuestro país, una fallida estrategia contra el crimen organizado y la inseguridad, han permitido que la incidencia este fenómeno crezca día a día de manera alarmante, lo que ha evidenciado la falta de presupuesto, de organización, de planeación, de infraestructura y de capacitación del personal encargado de levantar las denuncias, de los responsables de llevar a cabo la investigación, así como del personal forense encargado de emprender la búsqueda.

La insuficiencia del estado mexicano y de los gobiernos locales, ha llevado a la aparición de lo que hoy conocemos como “Madres Buscadoras”, quienes, ante la indolencia e inacción de las instituciones, emprenden un largo camino con la esperanza de encontrar con vida a sus familiares desaparecidos.

Testimonios sobran sobre la actitud de los Ministerios Públicos cuando una madre o padre de familia denuncia que su hija o hijo no ha llegado a casa, la típica respuesta es: “Seguro se fue con el novio” o “A lo mejor su hijo anda de narco y usted ni sabía”, contestaciones que solo restan valioso tiempo y la oportunidad de encontrarlos con vida.

El número de madres que deciden tomar en sus manos la investigación que dé con el paradero de sus hijos, se incrementa día con día. Muestra de ello, es la conformación de el “Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México” conformado por 60 agrupaciones de familiares y 40 organizaciones civiles que brindan respaldo metodológico y apoyo emocional a las madres. No es casual que esta labor ocurra en regiones dominadas por el narcotráfico, ante la indiferencia o complicidad de las distintas autoridades.

La participación de organizaciones de la sociedad civil es relevante, porque advierten que salir a buscar a un familiar desaparecido no inicia con salir a la calle y caminar; se trata de emprender una investigación que los lleve a encontrar respuestas que la autoridad competente no da y para ello, necesitan asesoría sobre el conocimiento de sus derechos, de la legislación vigente, pero sobre todo, se convierten en un importante soporte emocional, porque este proceso es de constante duelo, de frustraciones, que a cualquiera puede arrebatar su equilibrio mental, porque lo que necesitan es un cierre, ya sea volverlos a abrazar o en el peor de los casos, una tumba donde llorar.

Lo cierto es que, a las madres buscadoras, nuestro sistema de justicia las re victimiza, socava sus derechos y las criminaliza. En el peor escenario, se convierten en víctimas del propio crimen organizado, el responsable más probable de la desaparición de sus hijos. La muerte de estas madres, también va en aumento; desde 2021 a la fecha, van 7 personas asesinadas por arma de fuego (4 mujeres y 1 hombre) y la mayoría de estos crímenes se han realizado en el Estado de Guanajuato.

En Zacatecas, hay poco más de 3500 personas desaparecidas y también hay Madres Buscadoras que han denunciado públicamente la estigmatización de las autoridades a sus hijas e hijos, para así justificar que esos casos no se investigarán más; han denunciado también que quienes han encontrado fosas clandestinas, han sido los colectivos y no las autoridades, lo que a sus ojos son muestra de su pasividad e incapacidad de respuesta.

Ningún padre o madre de familia debería a buscar a sus hijos desaparecidos en caminos y ríos, pero es la realidad de miles de madres mexicanas que, ante la ineficacia de las autoridades y un gobierno indolente, caminan con la consigna: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Exijo que el autoproclamado “gobierno más humanista de la historia” tome cartas en este asunto, sea colaborativo con los gobiernos locales, porque su fracaso para enfrentar la inseguridad trae un dolor insoportable a las familias que no se arregla únicamente con apoyos directos y sin intermediarios.

*Senadora de la República.