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Beatriz Pagés
EL SECUESTRO DE UNA JUEZA

La detención de la jueza Angélica Sánchez es equiparable a un secuestro. El mismo gobernador que paseó féretros frente a la Corte ordenó a un grupo de desconocidos aprehender a la jueza violando todos sus derechos.

El mandatario veracruzano Cuitláhuac García es una caricatura de tiranuelo tropical que a falta de talento, de pocos resultados y de muchos complejos intenta dar muestras de poder utilizando tácticas de terror.

Cuitláhuac no tolera la independencia de una juez que ha tenido el valor de no someterse a sus amenazas y presiones.

Busca quedar bien con el presidente imitando su fobia a la independencia del Poder Judicial. Reproduce en Veracruz la campaña de persecución que López Obrador encabeza en contra de ministros, jueces y juezas que han tenido el valor de invalidar sus reformas inconstitucionales.

Sólo que al tiranuelo veracruzano se le pasó la mano. El arresto de Angélica Sánchez se hizo al más puro estilo soviético. Un grupo de hombres y mujeres, sin uniformes ni identificación oficial, con métodos de policía secreta, se llevó con lujo de violencia a la jueza en una camioneta con placas particulares.

El video de su detención que circuló profusamente en redes causó miedo social. Recordó las detenciones que se hacen en los regímenes dictatoriales contra los enemigos del régimen.

La jueza tendría que ser puesta en libertad por la serie de mentiras y violaciones a la ley. La misma Guardia Nacional que acepta sumisamente los insultos de los narcos se prestó a llevar a cabo un arresto ilegal contra una juez que contaba con una suspensión en juicio de amparo.

López Obrador respaldó – por supuesto - a uno de sus gobernadores más abyectos. Aprovechó para advertir que seguirán persiguiendo a los jueces que “no actúan con rectitud” y dejan en libertad a criminales.

¿Quién dejó en libertad al hijo del Chapo Guzmán? ¿Quién ordena al Ejército dar abrazos y no balazos a los criminales? ¿Quién tolera y protege los fraudes de Segalmex o en Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado?

No es la falta de “rectitud” lo que le molesta al presidente del Poder Judicial. Le saca de quicio la voluntad y capacidad de jueces y ministros de aplicar la ley con independencia.

Los dictadores persiguen a jueces autónomos. No a jueces o ministros cómplices del Ejecutivo. Buscan su arresto o desaparición porque temen ser llevados a juicio y encarcelados por sus excesos.
El arresto arbitrario de la jueza Angélica Sánchez es un anuncio del endurecimiento del régimen. El nombramiento de Luisa María Alcalde a la Secretaria de Gobernación es un aviso de que AMLO entregará el poder a los más duros y dogmáticos de la Cuarta Transformación.

Con una Claudia Sheinbaum en la presidencia todos nos podríamos convertir tarde o temprano en una Angélica Sánchez.