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EMPANCIPACIÓN POLÍTICA

Por: Isadora Santivañez Ríos

Los tiempos electorales están a la vuelta de la esquina y las fichas del ajedrez se van acomodando de manera clara, los aspirantes a la Presidencia de la República ya se encuentran dando giras en todos los estados tratando de ganarse la simpatía de su militancia y los aires de triunfo se sienten en el partido en el gobierno, es decir en Morena, sin embargo, es importante hacer un análisis detallado de la situación que prevalece en dicho instituto político.
Por una parte, se encuentra el equipo de Claudia Sheinbaum, quien desde inicios de la administración se apuntalaba como la posible candidata a la Presidencia de la República, respaldada y avalada por la figura presidencial, contando así con todo el apoyo del sector económico, empresarial y político del país.
Aquí las cartas son claras y la vieja práctica del dedazo, disfrazado de democracia interna es la que prevalecerá, por lo que la verdad no considero necesario hacer un análisis de los otros perfiles que aspiran a la candidatura del partido en el poder, ya que indudablemente, Claudia será la que logre consolidar la corona morenista, los demás tendrán que alinearse, acordar y mantener recta la línea, por muy capaces, comprometidos o cercanos que sean a la Presidencia de la República.
En este sentido de la imposición presidencial, tampoco importa si la futura candidata es capaz, preparada, tiene trayectoria, experiencia o carece de cualquier cualidad, la realidad es que la razón única y exclusiva de que sea ella quien abandere el próximo proceso presidencial en los partidos aliados al poder, es, simple y llanamente, ser la elegida de Andrés Manuel López Obrador.
Con ese exclusivo talento descubierto (no dudo, por ningún motivo, que tenga muchos más), ella llegará a generar condiciones históricas para las mujeres, contribuyendo por su sola esencia a la lucha que por años ha costado en la apertura de los espacios en el poder.
Y sin dar por hecho un resultado electoral, ya que muchos haremos lo propio por liberarnos del cáncer de morena y tratar de dar la batalla en la lucha democrática y de consolidación de derechos, la realidad es que tener una mujer como candidata fuerte y con posibilidades de triunfo, es un hecho histórico en nuestro país.
Las mujeres hemos logrado avances significativos en la consolidación y construcción de nuestros derechos, sin embargo, falta mucho por hacer, una de mis principales dudas respecto a la representación de una causa feminista de la futura candidata Claudia Sheinbaum, es que desde el origen, su candidatura estaría viciada y su incursión en la misma, no se daría por ningún aspecto o sentido del género, sino por vivir bajo un sistema patriarcal en el que el hombre en el poder, la considera manipulable, por lo mismo, la mejor opción para seguir manteniendo el dominio en sus manos bajo la figura de una mujer, que por el simple hecho de ser mujer, podría reunir bajo ese sistema anticuado, las características necesarias para poder ser un títere del presidente saliente, como en aquellas viejas épocas del Maximato, mitigado por el gran visionario Lázaro Cárdenas del Río.
El feminismo debe consolidarse, no solamente en el membrete o como una bandera sin causa, necesitamos mujeres de carácter, determinantes, con capacidad y principalmente independencia y emancipación para poder consolidar una lucha verdadera y legítima.
Dejarnos ir por la imagen podría representar un retroceso en la lucha de nuestros derechos, ya que estaríamos avalando, no solo la vieja práctica del dedazo, también la antaña y retrógrada acción de la manipulación y el control patriarcal.
Independientemente de partidos políticos o creencias ideológicas, debemos hacer un frente común para el cuidado y protección de los avances en la lucha feminista y no permitir, que el poder lo siga ejerciendo el sistema patriarcal, de manera exclusiva.
La emancipación política de las mujeres es fundamental para poder alcanzar un triunfo en la consolidación de nuestros derechos.