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**Chapulinear**

Betty Rosas Murillo

La palabra "chapulinear" fue definida por primera vez con la variante de abandonar un puesto o partido político por otro. ¿Qué es un "chapulín" en la política? Son los funcionarios públicos electos que, sin terminar el periodo para el cual fueron elegidos, buscan alcanzar otra posición de elección popular en comicios venideros, con el fin de seguir viviendo del presupuesto público.

Los políticos buscan "brincar" de un puesto político a otro, ya que, por un lado, no se cumple con el período para el cual fueron electos por la ciudadanía; el funcionario electo debe permanecer en el ejercicio del puesto al que se comprometió. Por otro lado, el interés principal de los políticos es seguir en las posiciones de poder, sin importar si han hecho un buen o mal trabajo.

El "chapulineo" se presenta como una desventaja del sistema democrático, ya que conlleva al abuso del poder por los funcionarios públicos que lo practican. Sin embargo, el "chapulineo" es un lastre de nuestro sistema político, que no es otra cosa que el salto de un cargo de elección a otro, y este sistema corrupto corta de tajo las expectativas de amplios sectores de la población que participan en el ejercicio del voto, al no cumplir con las expectativas políticas y promesas de campaña que utilizaron únicamente como un beneficio para permanecer en el poder.

El servicio público se ve afectado al momento de aceptar estos "chapulines", ya que corrompen la lealtad y la esencia de cada partido político. Estos partidos deberían conservar su esencia dentro del lineamiento de respeto a la democracia y a las instituciones políticas que los crearon. Al lastimar los principios de honestidad y lealtad con esos cambios de partido, se generan intereses personales consolidándose en el poder.

El "chapulineo" presenta ventajas, como la profesionalización de la clase política. Representa un incentivo para lograr una mayor eficiencia y responsabilidad en el desempeño del puesto. Aunque este "chapulineo" debe ser capitalizado, generando críticas económicas y condicionando su estancia en el nuevo partido político.

El "chapulineo" político causa gran daño a la democracia y a la política. Daña el sistema de gobierno de un país, donde la población se ve forzada a ejercer su voto hacia un candidato impuesto por un régimen ya elegido por intereses personales.

Las desventajas del "chapulineo" son evidentes. Para la democracia, los "chapulines" son los viles mercaderes que utilizan a los partidos políticos como aliados convenientes para sus intereses económicos. Esta práctica hace que se pierda la ideología política y limita la participación auténtica de los políticos leales a los principios de su partido.

En cuanto a la población, el sistema del "chapulineo" discrimina y castiga a un sector que no lo acepta. Causa monopolización del poder, tráfico de influencias y abandono de proyectos de beneficio para la ciudadanía. Todo esto debido a las ideologías convenencieras de la estancia en el poder. También conduce a la distribución de la riqueza en un pequeño grupo político y a la ausencia de valores éticos por parte de quienes practican este sistema.