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MUJERES AL MANDO
Por: Isadora Santivañez Rios

Durante el pasado proceso electoral se dieron grandes avances en materia de género que permiten hablar de un verdadero involucramiento de las mujeres que participan en la vida pública y política de nuestro país, el más claro ejemplo es llevar en las candidaturas punteras a dos mujeres, siendo este género el más competitivo y sólido.
El Partido en el poder, junto con todos sus partidos satélites llevaron a la cabeza a Claudia Sheinbaum, quien abanderó los esfuerzos de Morena, Partido Verde, Nueva Alianza, Partido del Trabajo, Partido Encuentro Social y demás partidos políticos locales; mientras que Xóchitl Gálvez contó con el respaldo de los partidos tradicionales e históricos PRI, PAN y PRD.
Estas alianzas generaron que ambas candidatas fueran el centro de atención de esta contienda, que, si bien se sintió sosa y con poca presencia política, la realidad es que tuvo una gran participación ciudadana, generando una votación de más de 59 millones de personas, es decir, más del 60% de la población en nuestro país acudió a las urnas a votar.
En el análisis de resultados, queda claro que el triunfo de Claudia Sheinbaum es inminente, gana con casi el 60% de la votación, contra un incipiente menor al 30% de Xochitl Gálvez, lo que no deja duda alguna de la gran aceptación que tuvo su candidatura con la población mexicana.
Esto, se debe, en gran medida a la promoción de los apoyos sociales del actual gobierno federal, al desencanto de la población respecto a los partidos políticos históricos, pero, sobre todo, a la falta de figuras representativas y de impacto dentro de la oposición mexicana.
Sin embargo, debemos destacar la gran condición social que ha permitido que, en un país machista, culturalmente misógino y en donde se normaliza la violencia en contra de las mujeres, el día de hoy, se pueda contar con una mujer Presidenta de la República electa.
Esto es un gran logro para el género femenino, acceder a este tipo de espacios era algo que hace pocos años pudiera parecer aún inalcanzable, sin embargo, la realidad permite disfrutar de grandes avances en materia de género, si a esto le sumamos que por ley, esta próxima administración pública deberá contar con un 50% de mujeres como mínimo, ocupando los cargos más importantes del gabinete presidencial, podemos hablar de un gran número de mujeres desempeñando los principales puestos del gobierno federal.
Todo ello, ha sido la suma de grandes esfuerzos y de un sin número de batallas que el género femenino ha luchado a través de los colectivos feministas, de grandes juristas y de quienes han dado la defensa legal en favor de las mujeres.
La paridad se está convirtiendo en una realidad, el acceso de las mujeres a la vida pública en cargos de decisión está alcanzando los niveles esperados, el respeto a las acciones afirmativas está bloqueando a quienes pretenden burlar la ley y el empoderamiento empieza a dar señales de consolidación.
Estas elecciones, más que resultados electorales de acomodos de poder, están arrojando realidades de luchas sociales, que esperemos puedan ser consolidadas, ya que en los últimos años, se ha detectado que la paridad se cubre en espacios, más no en responsabilidades, que en muchas ocasiones, los hombres, al no poder evitar la segmentación y las cuotas, deciden y definen sobre los espacios de las mujeres para tener perfiles moldeables, que puedan manejar a su voluntad y gusto, para con ello, seguir manteniendo el poder.
Esperemos que ese, no sea el caso de Claudia Sheinbaum, de lo contrario, el retroceso en las luchas históricas sería considerable, y Andrés Manuel se convertirá en un misógino más que solo dio oportunidad a las mujeres para poder mandarlas y así mantener el poder desde el anonimato, al tiempo…