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Dr. Pablo Quezada

Los segundos pisos para automóviles

Los segundos pisos para automóviles, también conocidos como autopistas elevadas o viaductos, fueron inicialmente concebidos como una solución innovadora para descongestionar el tráfico en las grandes ciudades.

Sin embargo, a lo largo de los años, se han acumulado numerosas críticas y ejemplos de fracasos que han llevado a reconsiderar su efectividad y sostenibilidad a largo plazo.

A continuación, se exploran los principales factores que han contribuido al fracaso de los segundos pisos en diversas ciudades, incluyendo los aspectos urbanísticos, económicos, sociales y ambientales.

1. Impacto Negativo en el Entorno Urbano

Uno de los fracasos más evidentes de los segundos pisos es su impacto visual y físico en el entorno urbano. Estas estructuras masivas, a menudo construidas de hormigón y acero, pueden dominar el paisaje, creando una sensación de opresión y fragmentación en las áreas que atraviesan. En muchas ciudades, los segundos pisos han contribuido a la degradación de los barrios, generando espacios oscuros y peligrosos debajo de las autopistas, que a menudo se convierten en zonas de inseguridad y marginalidad.
Ejemplo: - Boston, Estados Unidos: El proyecto Big Dig es un ejemplo emblemático. Antes de su desmantelamiento, la Central Artery, una autopista elevada, cortaba el centro de la ciudad en dos, creando una barrera física que afectaba negativamente la conectividad y el atractivo del área. El proyecto, que costó miles de millones de dólares, finalmente enterró la autopista bajo tierra, liberando el espacio para parques y reconectando la ciudad.

2. Aislamiento y Desplazamiento de Comunidades

La construcción de segundos pisos a menudo implica la destrucción de vecindarios y la reubicación de residentes, lo que puede llevar al desplazamiento de comunidades enteras y la creación de divisiones físicas y sociales. En muchos casos, las autopistas elevadas han sido criticadas por su papel en la segregación urbana, afectando de manera desproporcionada a las comunidades de bajos ingresos y minorías.
Ejemplo: - New York City, Estados Unidos: La construcción de la Cross Bronx Expressway, liderada por el planificador urbano Robert Moses, es uno de los ejemplos más infames. Esta autopista elevada destruyó varios barrios y desplazó a miles de residentes, dejando cicatrices urbanas que aún afectan a la comunidad.

3. Costo Económico y Dificultad de Mantenimiento

Los segundos pisos son proyectos de infraestructura extremadamente costosos, tanto en su construcción como en su mantenimiento a largo plazo. A medida que estas estructuras envejecen, requieren reparaciones constantes y costosas, lo que puede ser una carga para los presupuestos municipales. En algunos casos, los costos de mantenimiento han superado las expectativas iniciales, lo que ha llevado a la degradación de las estructuras y a problemas de seguridad.
Ejemplo: - São Paulo, Brasil: La autopista elevada "Minhocão" es un ejemplo de una estructura que se ha convertido en un problema económico para la ciudad. Construida en la década de 1970 para aliviar el tráfico, su mantenimiento se ha vuelto cada vez más costoso, y la infraestructura está en deterioro. Además, la autopista ha sido acusada de desvalorizar las propiedades circundantes y de contribuir al deterioro urbano.

4. Problemas de Congestión Persistente

A pesar de que los segundos pisos se construyen para aliviar la congestión, en muchos casos, no han logrado resolver el problema a largo plazo. Al aumentar la capacidad de las carreteras, estos proyectos a menudo fomentan el uso del automóvil, lo que lleva a un fenómeno conocido como "demanda inducida". Este concepto sugiere que cuando se amplía una carretera, más personas eligen conducir, lo que eventualmente lleva a que la congestión regrese al mismo nivel o incluso peor que antes de la construcción.
Ejemplo: - Los Ángeles, Estados Unidos: La ciudad de Los Ángeles es famosa por su extensa red de autopistas, incluidas muchas autopistas elevadas. A pesar de décadas de expansión de estas carreteras, Los Ángeles sigue siendo una de las ciudades con peor tráfico en el mundo, lo que demuestra que la construcción de más vías no necesariamente alivia la congestión a largo plazo.

5. Impacto Ambiental

Los segundos pisos también tienen un impacto negativo significativo en el medio ambiente. Alentar el uso del automóvil contribuye a la contaminación del aire, las emisiones de gases de efecto invernadero y el ruido. Además, estas estructuras pueden interrumpir los ecosistemas locales y causar una pérdida de espacios verdes en las ciudades. En la era del cambio climático, la dependencia de infraestructuras que promuevan el uso de automóviles se ve cada vez más como una opción insostenible.
Ejemplo: - Ciudad de México, México: El segundo piso del Anillo Periférico ha sido criticado no solo por sus altos costos y limitado impacto en la reducción del tráfico, sino también por su contribución a la contaminación del aire. La Ciudad de México ya enfrenta graves problemas de calidad del aire, y la promoción del tráfico vehicular mediante la expansión de las autopistas ha exacerbado esta crisis.

6. Alternativas Modernas y Tendencias Reversibles

En lugar de construir más autopistas elevadas, muchas ciudades están optando por alternativas más sostenibles, como la inversión en transporte público, la construcción de carriles para bicicletas, y la creación de zonas peatonales. En algunos casos, las ciudades están desmantelando autopistas elevadas y devolviendo los espacios a usos más comunitarios y ambientalmente sostenibles.
Ejemplo: - Seúl, Corea del Sur: En un movimiento radical, Seúl decidió desmantelar la autopista elevada Cheonggyecheon en 2003. La ciudad restauró el arroyo que originalmente corría por debajo de la autopista, creando un espacio verde que ha revitalizado el centro de la ciudad, mejorado la calidad del aire y aumentado la biodiversidad.

Los fracasos de los segundos pisos para automóviles en las grandes ciudades destacan la complejidad de las soluciones de infraestructura en entornos urbanos densos. Aunque en su momento fueron considerados avances en la planificación urbana, muchos de estos proyectos han demostrado ser insostenibles, tanto en términos económicos como sociales y ambientales.
La tendencia global se está alejando de estas infraestructuras masivas y hacia enfoques más integrados y sostenibles que prioricen el transporte público, la movilidad activa, y la regeneración urbana.
Este cambio refleja una comprensión más profunda de los desafíos contemporáneos, como el cambio climático, la equidad social y la calidad de vida en las ciudades.