Psicóloga Maira Gallegos
EL CUERPO COMO UNA FORMA DE COMUNICACIÓN
El cuerpo está destinado a ser visto, no a estar todo cubierto.
Marilyn Monroe.
Una mujer que no se gusta a sí misma no puede ser libre, y el sistema se ha preocupado de que las mujeres no lleguen a gustarse nunca.
No hay nada más sensual que el lenguaje corporal, alguien que conoce y habla con su cuerpo.
Peter Dundas.
Actualmente los especialistas en comunicación proponen que el lenguaje no solo es verbal o con palabras. Si bien, también existe la comunicación no verbal, la cual es interpretada por los movimientos, se habla del lenguaje del cuerpo; lo que comunica la forma del cuerpo, la postura que adoptamos automáticamente o podría decirse como complexión, en la fisiología y la fisionomía.
La fisiología es el estudio del cuerpo humano de forma orgánica, explica su funcionamiento y las leyes que lo rigen. La fisionomía, no lejos, pero, por otro lado, estudia el aspecto y los rasgos particulares de cada una de las personas, es decir, de manera exterior. Lo que proponen los especialistas es que en la forma del cuerpo existe también un mensaje, así como en la distribución de los rasgos faciales. Algunos de los estudiosos que lo proponen son Flora Davis y Birdwhistell. Este ultimo menciona que el aspecto físico está asociado a una programación cultural, el cual se va adquiriendo. Se nace con un cuerpo que se va moldeando de acuerdo a las programaciones del núcleo familiar, de los grupos sociales a los que se pertenece y a la cultura.
Los humanos desde las primeras etapas del desarrollo son un gran imitador. Los aprendizajes que en los primeros años obtendrá serán gracias a la imitación a los adultos. No es raro decir en la familia “sacó al papá, hasta camina igual”. De la misma manera en que las personas aprenden a caminar erguidamente, también se aprende a mantener la forma de la boca y en general todo el aspecto.
Cuando los niños son pequeños los rasgos son suaves y poco definidos. A medida que crece se sujeta a cambios; como los ojos, la boca, la distancia entre las cejas. Todo esto es algo que el pequeño aprenderá de los adultos que lo rodean. Esto explica porque la gente en cada una de las regiones tiene gran parecido entre sí. No siempre toda la gente comparte genes.
Birdwhistell menciona que en ocasiones los perros se parecen a los dueños y que tampoco es sorprendente como marido y mujer pueden llegar a parecerse; se pueden identificar si se observa bien la expresión de la boca y los ojos.
Para las personas que se preguntan a cuál padre o familiar se parece más el bebé, estas teorías resultan incómodas, ya que desbaratan la costumbre de inclinar más hacia un lado el parecido del niño. Por otro lado, las agencias de adopción están logrando cada vez más éxito en encontrar bebés con el parecido a los padres adoptivos. Aunque se esmeran en buscar el parecido, la teoría explica por sí misma porque cuando el niño crece se parece aún más a ellos.
Todo lo anterior demuestra que el ser humano es un imitador maravilloso y sensible a las señales corporales de sus semejantes. Los estudios de la comunicación lo demuestran cada vez más.
La belleza o fealdad, la torpeza o la gracia también se adquieren. Los primeros dos conceptos no se refieren a la forma, como se cree que la simetría conforma lo bello. Se refiere al modo de llevar y mover el cuerpo y el rostro; los músculos faciales pueden parecer vivaces, laxos o forzosamente tensos. Estas características no son biológicas; son respuestas a situaciones, personas, necesidades interiores, y a expectativas culturales temporalmente o de largo alcance.
La forma del cuerpo es otra característica que puede ser programada. Cuestión de moda y las modas cambian. En los años 20s, 50s y actualmente existe una gran diferencia en los tipos de cuerpos femeninos.
Actualmente los tipos de cuerpo y los rostros que caracterizan a la sociedad no solo tienen el sello cultural; también poseen el propio sello.
Los chicos atractivos y agraciados tienen mayor atención y oportunidades que los que no lo son tanto. Aunque no todos buscan sobresalir, ya que esto implica más responsabilidades que atemorizan a la gente.
Los mensajes que se dicen con el aspecto físico no son solo de la persona; también lo que dice la misma persona. Por ejemplo, un político de mirada apagada y rostro con rasgos caídos transmite que no tenemos por qué prestarle atención, ya que nada tiene que decir.
Entonces, la sociedad nos dice quien puede ser agraciado, bello y quien no. Esto constituye en gran parte el síndrome de la belleza. Pero visto de otro modo, también refiere que el aspecto irradia el mensaje. Entonces el mensaje está dictado por la sociedad, aunque no se puede descartar la herencia genética o la suerte.
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