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Por: Isadora Santivañez Rios

PROTECCIÓN A LAS INFANCIAS

Por: Isadora Santivañez Ríos

La creciente problemática de la violencia familiar, particularmente cuando uno de los progenitores comete delitos graves en contra del otro cónyuge o de los hijos, genera un contexto de alta vulnerabilidad para niñas, niños y adolescentes.

Estos menores, además de enfrentar la ruptura familiar, se ven expuestos a situaciones traumáticas que impactan directamente en su bienestar físico, emocional y psicológico. Por lo tanto, es fundamental que el Estado desarrolle un marco jurídico robusto que garantice su protección integral en estos casos, ya que en todo momento debe prevalecer el interés superior del menor.

La normativa establece que todas las decisiones y actuaciones que involucren a niñas, niños y adolescentes deben asegurar su desarrollo integral y su bienestar en todas las esferas de su vida.

En situaciones de separación de los padres donde existe violencia, y uno de los progenitores enfrenta un proceso penal por delitos graves, el interés superior del menor adquiere una relevancia aún mayor.
La ruptura familiar, aunada a la violencia, impacta directamente en el bienestar y estabilidad emocional de los menores y esto no debe ser ajeno al Estado.

Como sociedad, tampoco debemos convertirnos en observadores pasivos de estos hechos, normalizando la violencia en cualquiera de sus expresiones, la difamación es una forma de violencia, las ofensas verbales también lo son, y las agresiones físicas son el punto máximo de la violencia, por lo que nuestros niños no deben estar expuestos a este tipo de actos ruines y bajos en los que resultan lastimados no solo fisicamente, también de manera emocional y psicológica, por ello, debemos actuar, debemos alzar la voz y debemos proteger a nuestras hijas e hijos.
Diputada