La realidad y el dolor, rebasa cualquier discurso
Por Claudia Anaya Mota
En Zacatecas, aun persiste el dolor, la incertidumbre y la inseguridad; es una realidad ante la cual, no podemos negar u ocultar ante nosotros mismos y el país. La paz se construye, no es producto de decretos gubernamentales o de un cambio de metodología en la medición de las víctimas y los delitos, que sirven para maquillar la desgracia y la zozobra en que vivimos.
El pasado fin de semana, Zacatecas tuvo la visita de la Presidenta Claudia Sheinbaum a quien le presentaron los resultados de la estrategia en materia de seguridad que está enmarcada en “El Año de la Paz” y, en suma, le rindieron “buenas cuentas”. Lo cierto es que nuestra entidad, no deja de aparecer en la sección de la nota roja porque los hechos que se desarrollan cotidianamente, llaman la atención de la prensa nacional.
La realidad es que, pese a los esfuerzos, nuestros policías siguen siendo asesinados impunemente; a principio de este mes, fueron abatidos tres elementos del municipio de Villanueva, siendo uno de ellos el Director Regional Operativo de Seguridad, mientras que en Fresnillo, fueron emboscados dos policías de la Fuerza de Reacción Inmediata.
Si hablamos de personas desaparecidas, la lacerante realidad del actual gobierno de Zacatecas, es que hasta finales de agosto -de acuerdo con cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas-, habían 1,744 familias en zozobra, sin saber dónde están sus seres queridos, lo que significa un incremento de 44% en comparación con los sexenios anteriores, como ya ha alertado el colectivo “Sangre de mi Sangre”.
Para el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) y su Red Lupa, Zacatecas comienza una escalada de ascenso en este flagelo y a partir de sus registros, asegura que Fresnillo concentra la mayor cantidad de casos de personas desaparecidas, seguido por Guadalupe, Zacatecas, Jerez y Río Grande.
El secuestro virtual y la extorsión, es un delito que ha crecido en nuestra entidad y la propia Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana, ha reconocido que el 90% de ellos, los realizan reclusos desde la Ciudad de Tamaulipas, Estado de México y la capital de la República, sin embargo, las víctimas crecen cada día.
Lo inaudito, es que este delito se aplica también a nuestros paisanos que nos visitan, porque aunque de todas y todos es conocido y hemos padecido el lamentable estado de nuestra red carretera, en el tramo Tabasco - Calvillo, el propio Alcalde denunció que algunas personas “aprovechaban” para solicitarles dinero o material con la justificación de que con eso “se arreglaría esta situación”.
El primer paso para solucionar un problema, es reconocerlo y pedir ayuda. Es claro que, aunque hay esfuerzos locales para abatir los delitos, estos aun son insuficientes y necesitamos no solo el apoyo en recursos financieros y humanos de la federación, sino una nueva estrategia de seguridad que se construya desde lo local, que atienda nuestras particularidades, que no replique las excusas y no se dicte desde el centro del país.
Senadora de la República