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Él es mi hombre de olas e historias
guardián de mis noches
desde su insomnio.
Sus dedos largos
toman posesión de mi espalda
trazan poemas entre sus lunares
y abrevan al fondo de mi vientre.

Mi hombre de fulgor en las pupilas
me mira y calcina sus ausencias
ilumina mi lecho con mareas de antaño
y calienta el aire por donde paso.

Este hombre de recuerdos
es el dueño de mis más nuevas humedades
me toca con sabiduría de años
y susurra promesas en mis sueños.