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Dra. Sonia Ruiz

RECORDEMOS A NUESTROS FIELES DIFUNTOS

Día de Muertos. Es importante hablar de este día porque es una tradición emblemática de la cultura mexicana que tiene su origen en antiguas creencias prehispánicas, entre las culturas originarias como la totonaca, mexica, purépecha y maya y en los rituales religiosos católicos traídos por los españoles. Por eso hay quienes señalan erroneamente que sus orígenes son europeos.
De acuerdo a la cosmovisión indígena, la muerte no era considerada el fin de la vida, sino el inicio de un viaje a Mictlán (lugar de los muertos). Una vez ahí, se otorgaba una ofrenda a las deidades para obtener el descanso eterno.
En el año 2003, la Unesco la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y en el 2008 quedó oficialmente inscrita.
Cada sociedad afronta la muerte de maneras diferentes pero los mexicanos lo hacen de una manera muy particular que finalmente todas tienen rasgos en común. Se festeja con varios días de fiesta y ritual para recordar a seres queridos y familiares cuyas almas, según la costumbre, vuelven por una noche a compartir con el mundo de los vivos.
El 1 de noviembre es dedicado al alma de los niños y el 2 de noviembre se recuerda el espíritu de los adultos, pues se cree que regresan al mundo terrenal a convivir con los vivos. Se les montan altares coloridos, con sabores y olores, flores de cempasúchil, calaveras de azúcar y chocolate, pan de muerto, agua, velas, fruta, vino, mole y su comida favorita, así como la imagen del o los difuntos.
Con la llegada de los españoles, se incorporaron otros elementos y prácticas y así se fueron sumando más elementos durante la conquista. Las cruces que son representaciones del catolicismo o algunas bebidas destiladas que no existían antes. Las calaveritas surgieron a finales del siglo XIX, luego surge la creación de “la catrina”, el símbolo más reconocido dentro y fuera de México del día de muertos, quizá el ejemplo más globalizado de esta evolución sea el multitudinario desfile de catrinas que se lleva a cabo en la CDMX.
Otra tradición de las más importantes es el adorno de las tumbas y los cementerios, que se llenan de flores y velas para honrar a los muertos.
El día de muertos es una festividad que distingue a los mexicanos y cada vez sigue evolucionando a través del tiempo. En cada región de México se celebra de distintas formas de acuerdo a sus tradiciones e ideologías: Aguascalientes celebra el festival de las calaveras, que rinde homenaje a José Guadalupe Posada, artista que nació en ese estado, creador de la famosa “catrina”.
La celebración del día de muertos nos brinda una ocasión única para reflexionar sobre lo que realmente importa: dejar un legado positivo que inspire a la humanidad y a los nuestros les ofrezca tranquilidad cuando ya no estemos. Es un acto de amor el asegurarnos de que todo esté en orden, desde nuestras finanzas, hasta nuestras últimas voluntades, para evitar cargas tanto emocionales como económicas innecesarias. (MGM).