Un libro, ¡mil mundos por descubrir!
Sria. Bennelly J. Hernández Ruedas
En México, cada 12 de noviembre celebramos el Día Nacional del Libro; una fecha que, además de rendir un homenaje a la literatura del país, refrenda una invitación a abrir las puertas del conocimiento, la imaginación y el alma, a través de la lectura.
Fomentar el hábito de la lectura no es solo un acto cultural, sino una inversión en el crecimiento personal y colectivo, ya que leer significa: vivir, pensar, sentir, viajar, soñar y aprender sin límites.
Desde la infancia, un libro puede ser la llave que encienda la curiosidad y despierte la creatividad. Cuando un niño se adentra en una historia, no solo imagina, construye mundos, personajes y escenarios; desarrolla su lenguaje, su memoria, su empatía y su pensamiento crítico.
Leer desde pequeños amplía la inteligencia emocional, enriquece los saberes y fortalece las capacidades cognitivas que más adelante les permitirán comprender mejor la vida y expresarse con claridad.
Leer no tiene por qué ser una tarea académica o una obligación, ¡todo lo contrario!, es una de las formas más divertidas y profundas de entretenimiento.
A través de sus páginas, un libro puede hacernos vivir aventuras en tierras desconocidas, resolver misterios imposibles, llorar con un melodrama, enamorarnos en una novela romántica o reír con una historia cotidiana.
La magia de la lectura radica en que cada lector la vive de manera distinta; cada página le habla a su forma, a su tiempo y a su emoción.
Por eso, es que debemos convertir la lectura en un hábito constante. Y como todo hábito, se construye poco a poco, con intención y paciencia. Si no sabes por dónde empezar, puedes iniciar por elegir temas que realmente te interesen.
No hay lecturas “mejores” o “peores”; hay lecturas que te atrapan y te motivan a seguir. Puede ser una novela corta, un cuento, una biografía, una historia de misterio o incluso un cómic. Lo importante es disfrutar lo que lees.
Puedes comenzar por dedicar un momento breve del día a la lectura. No necesitas horas enteras; basta con 10 o 15 minutos diarios para comenzar. Ese pequeño espacio de conexión contigo mismo puede marcar la diferencia.
Rodéate de libros. Ten uno siempre cerca, en la mochila, en la mesita de noche o en el celular. Cuando menos lo esperes, ese libro te invitará a abrirlo.
Recuerda que leer despierta ideas, recuerdos y emociones que muchas veces necesitan salir. Escribir, aunque sea una breve reflexión o una frase subrayada, te ayudará a comprender mejor lo que leíste y a conocerte más a ti mismo.
El hábito de la lectura transforma a las personas y, con ellas, transforma también a las comunidades. Una sociedad que lee es una sociedad que piensa, que dialoga, que imagina un futuro mejor. Por eso, más que un gusto, leer es una forma de libertad.
No olvidemos que en cada historia hay un universo esperando ser descubierto; que entre líneas se esconden respuestas, consuelo, compañía o nuevas preguntas que nos hacen crecer. Que leer no tiene edad, horario ni condición. Siempre es un buen momento para abrir un libro.
Como escribió Jorge Luis Borges, “de los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro, porque es una extensión de la memoria y de la imaginación”.
Así que, celebremos este día con la mejor actitud, tomando un libro, respirando su aroma, dejándonos llevar por sus palabras y permitiendo que cada página nos recuerde que dentro de nosotros también habita una historia por contar.
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