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Los dos Estados Unidos
Sabino Luevano

Cualquier estudioso de literature Española del siglo XIX y XX tiene que aprender un concepto fundamental: la teoría de las dos Españas. En algunas novelas del siglo XIX español, como Doña Perfecta (1876), la teoría de las dos Españas resalta por su obviedad. La novela plantea básicamente la lucha entre modernidad y tradición. Adscribe la modernidad a la ciencia y a la democracia liberal. Y la tradición a la monarquía, el oscurantismo, la religión y la ignorancia.  Lo interesante es que en la novela la lucha se establece dentro de una familia, presagio ominoso de la guerra civil española.
Esta teoría la podemos trasladar al Estados Unidos de hoy y funciona perfectamente. Las recientes elecciones al congreso y al senado demostraron que hay dos países diferentes. Por un lado, el inmenso Estados Unidos rural, mayoritariamente blanco, envejecido, con un nivel de escolaridad más bajo, y el Estados Unidos urbanita, cosmopolita, multi-racial, más educado y plenamente insertado en la globalización. Los rusos sabían muy bien esta dualidad, así que en la elección presidencial pasada se dedicaron a sabotear al Estados Unidos urbano apelando a los peores medios del Estados Unidos rural. Los memes y las notificas falsas que viralizaban con el primer grupo poblacional son escandalosas debido a su despliegue macabro de ignorancia. En el voto se impuso el Estados Unidos urbano, pero el sistema electoral del país, basado delegados, le regaló la elección a Trump.
La lucha cultural en este momento, por lo tanto, se da entre estas dos naciones. Y parece que las cartas ya están echadas sobre la mesa: el Estados Unidos urbano va a ganar no sólo porque tiene la razón, sino porque es joven. El otro Estados Unidos está envejeciendo y poco a poco será desplazado por una población diversa, más abierta y mejor informada. Esto no resolverá todos los problemas del país. Pero sentará un precedente importante en el rumbo general de la nación. Una vez se consiga esa plataforma, será posible pensar en otros temas imperativos como la expansión de la pobreza, el control de las armas o la inmigración. Pero mientras el primer grupo tenga el control del senado y la presidencia, será difícil avanzar en estos temas ya que ni siquiera los consideran problemas -salvo el de inmigración-. Para ellos las masacres cotidianas con rifles de asalto son el precio que hay que pagar por la libertad. Y en cuanto a la expansión de la pobreza, en su credo libertario es el resultado natural de las decisiones individuales. En general, el partido republicano está padeciendo una crisis de demencia senil debido al envejecimiento de sus bases. Y un país que quiera enfrentar el futuro, no puede hacerlo juntando todos los miedos de los viejitos blancos. Los jóvenes de todas las razas, las mujeres y las minorías llegaron ya. Por ahora ganaron el congreso, mañana posiblemente la presidencia. En la próxima década Estados Unidos sufrirá una trasformación radical. Será, posiblemente, en un futuro no muy lejano, la primera democracia racial. Y lo ideal sería que su militarismo y belicosidad menguara. Tal vez la avalancha de mujeres elegidas como congresistas le impriman, poco a poco, ese sello. O tal vez el poder, al final, sea lo mismo, pero en minoría y femenino. El Imperio, al final, siempre busca maneras de actualizarse. Ese es uno de los riesgos de la mística de la diversidad. Un riesgos, sin embargo, que es imperativo correr.

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