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Ivonne Aracelly Ortega Pacheco
MATRIMONIO CIVIL IGUALITARIO Y DERECHOS HUMANOS

El miércoles pasado la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados sometió a votación el proyecto de dictamen de la iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto acerca del matrimonio civil igualitario. La mayoría de sus integrantes votó en contra y la propuesta presidencial fue rechazada.

Soy integrante de la Comisión y participé en el debate, que se prolongó por casi tres horas. Mi voto fue a favor. Desde que el Presidente Peña Nieto anunció y envió la iniciativa manifesté mi respaldo porque creo en la igualdad de oportunidades y la no discriminación. Votar a favor fue un asunto de congruencia con mis principios.

Los argumentos de la mayoría para rechazar el dictamen fueron desde lo directamente religioso hasta lo jurídico, pues algunos compañeros estimaron la propuesta contraria a sus nociones de convivencia social, y otros consideraron que no es materia federal o que no hacía falta porque la Constitución establece la igualdad de derechos.

Sobre lo religioso, creo que no debemos confundir los derechos constitucionales con las razones de fe.

En cuanto a lo jurídico, es cierto que corresponde a los Estados legislar sobre el Registro Civil y también es cierto que el derecho de las personas a contraer  matrimonio civil, con independencia de sus ideologías o preferencias sexuales, se fundamenta en los artículos 1 y 4 de la Constitución que garantizan los derechos humanos, establecen la igualdad ante la ley y prohíben cualquier tipo de discriminación.

Sin embargo, todos sabemos que para ejercer ese derecho muchas personas tienen que recorrer un camino jurídico tortuoso e incluso ampararse. Por eso mismo la iniciativa del Presidente Peña Nieto pretendía, como él mismo expone en sus motivos: “establecer expresamente la protección constitucional para evitar restricciones injustificadas al ejercicio del derecho que corresponde a las personas de contraer matrimonio”.

Ocho legisladores votamos a favor de la iniciativa (incluido mi compañero priista Benjamín Medrano), pero no fue suficiente para aprobarla. Fueron 19 los votos en contra, 19 personas que definieron la decisión de una Cámara de 500.

Pareciera que nuestros votos fueron en vano, pero no lo creo así. Nuestra historia tiene muchos ejemplos de las dificultades que han afrontado muchos derechos para ser reconocidos y protegidos por las leyes. No pocas veces han tenido que pasar años de lucha y discusiones, pero al final ha triunfado la razón.

Al momento de escribir este texto, la Conapred ha emitido un extrañamiento a la Comisión por rechazar la iniciativa del Presidente Peña, pues esta acción  "desfavoreció el ejercicio y promoción de los derechos humanos en nuestro país".

La Conapred también dice que "México pierde la oportunidad de armonizar sus leyes para que todas las personas libres e iguales en derechos y dignidad, puedan contraer matrimonio sin discriminación alguna".

Se ha perdido una oportunidad, pero sé que habrá otras. Creo firmemente que con persistencia, la igualdad de derechos plena y clara será pronto una realidad en nuestro país.
Twitter: @ivonneOP
Facebook: Ivonne Aracelly Ortega Pacheco

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