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CARCEL PARA MIGUEL ALONSO
Saúl Monreal Ávila

Hace pocas semanas, el prestigiado diario Estadounidense New York Times tituló una nota: “La corrupción durara hasta que el presidente quiera”, que se refería a cuando se aplicaría la justicia en el caso del exgobernador Veracruzano prófugo Javier Duarte, caso que no puede ser más emblemático del grave problema en que se ha convertido en nuestro país y en nuestro estado la  corrupción, de la mano de quien la alimenta, la impunidad, donde la corrupción incluso es premiada.
De acuerdo a cifras publicadas este año por el foro económico mundial, México está ubicado en la decimotercera posición de las naciones más corruptas del mundo y en el primer lugar de esa lista, si se excluye a los países menos industrializados, es decir, el país más corrupto de la OCDE, y según con el Foro, el factor que eleva a México hasta el primer puesto es el crimen organizado, sin embargo, creemos que debemos de poner al mismo nivel de delincuencia a la clase política corrupta que está gobernando actualmente a nuestro país, bajo cuyo amparo y protección, medra y se desarrolla cada uno de los grupos del crimen organizado, factor sin él que no podemos concebir el crecimiento de este estado criminal factico.
Del 2010 a la fecha, por lo menos 11 gobernadores han sido señalados por actos de corrupción e investigados por la Procuraduría General de la República por desvío de recursos públicos y enriquecimiento ilícito. Empezando por el prófugo Javier Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Quintana Roo), Guillermo Padres (Sonora), César Duarte (Chihuahua), Ángel Aguirre (Guerrero), Fausto Vallejo (Michoacán), Jorge Herrera Caldera (Durango), Miguel Alonso Reyes (Zacatecas), Rodrigo Medina (Nuevo León), Egidio Torre Cantú (Tamaulipas) y Rubén Moreira (Coahuila).
Esto sin contar con gobernadores de años anteriores fueron investigados por casos de enriquecimiento ilícito y vínculos con el crimen organizado, entre los cuales se incluyen los nombres de Andrés Granier (Tabasco), Humberto Moreira (Coahuila), Juan Sabines (Chiapas), Emilio González (Jalisco), Fidel Herrera (Veracruz), Arturo Montiel (Estado de México), Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández (Tamaulipas), José Murat y Ulises Ruíz (Oaxaca), quienes por si mismos, cumplen los requisitos para ser considerados delincuencia organizada, y que representan una enorme cantidad de recursos por miles de millones de pesos birlados al erario público, ¿un cartel o un gobierno? ¿cuantos más aun no se sabe a ciencia cierta cuanto han robado?
En el caso de nuestro Zacatecas, a pesar de las acusaciones y graves señalamientos incluso de personajes pertenecientes a su propio partido político, Miguel Alonso Reyes había logrado sortear relativamente ileso las consecuencias por el pésimo manejo de las finanzas públicas Zacatecanas y las denuncias de enriquecimiento personal a costa del dinero de los contribuyentes, desde el pasado 27 de mayo se abrió un expediente en su contra por una denuncia acusándolo de enriquecimiento ilícito y peculado, misma que se amplió el 28 de junio, donde se señaló que posee una fortuna por el orden de 20 millones de dólares, y que obtuvo por concepto de diezmo, a cambio de entregar obras públicas a distintos empresarios, la cantidad de aproximadamente 3 mil millones de pesos, según los denunciantes, corrupción total.
Esto no queda así, ahora nuevamente, el 6 de diciembre pasado, se presentó una denuncia ante la PGR por el presunto desvío de al menos 307.4 millones de pesos de recursos públicos de 2012 a 2016 contra Alonso Reyes, actual director del Fonatur, se precisó que usaba el mismo modus operandi de Javier Duarte en Veracruz, utilizando una amplia red de al menos 24 empresas fantasma simuladoras de operaciones para triangular recursos con la participación de Alonso Reyes, así como los ex secretarios de Infraestructura Mario Rodríguez Márquez y José Francisco Ibargüengoitia, el ex secretario de Finanzas Fernando Soto Acosta y el exsecretario de la Función Pública Guillermo Huizar Carranza, para dar adjudicaciones directas, es el costo de la desvergüenza y la corrupción de un régimen frívolo y cínico, la cárcel es un escenario real para Miguel Alonso. La historia lo está juzgando y enviando al basurero de la historia.
Ese mismo régimen Priista, que en los últimos 6 años protagonizo decenas de escándalos de corrupción de alto nivel, que van desde gobernadores, hasta el mismo Presidente, acusado de por lo menos recibir una costosa mansión de costo multimillonario, es el que ahora pretende ponerse la túnica de legalidad y de honestidad, y pretende haber obtenido un triunfo contundente, a pesar de haber recibido, (y eso a través de las maniobras tramposas y mafiosas de cooptación de voto por dadivas y amenazas), apenas un poco más de un voto por cada diez votantes en promedio en la pretendida elección extraordinaria en Zacatecas, no puede existir legitimidad en un cartel de crimen político organizado, con todas las trampas de las que la mayoría de la población fueron testigos, ¿realmente tendrán algo que celebrar?
Es claro que no, ni la población tampoco, como lo expreso al no votar en Zacatecas  la nueva administración que con la complicidad de autoridades y tribunales electorales arrebata la presidencia municipal de la capital no tiene la menor legitimidad ni respaldo social, el sentir de muchos Zacatecanos y Mexicanos es que quienes apoyan al régimen y su partido con aliados es puramente por beneficiarse, no existe argumento racional que pueda esgrimirse para convencer a alguien que el PRI y su gobierno quieran servir al pueblo, está más que demostrado que solo se están sirviendo de él. Nada bueno queda de la corrupción Aloncista, la justicia lo está alcanzando, como al resto de los gobernantes corruptos que están dejando al país en la condición ruinosa que vemos y enfrentamos los ciudadanos de a pie, Solo el pueblo liberara al pueblo de esta mafia ilegitima y corrupta, y ya está en marcha el juicio popular.
saulmonrealavila@hotmail.com

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