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Elizabeth Mauricio González.
Juventud y violencia.
La organización mundial de la salud ha manifestado que la juventud comprende en lo general  de los 10 a los 24 años aunque reconoce que hay discrepancias entre edad cronológica,  edad biológica y las etapas psicosociales de desarrollo y además variaciones debidas a factores personales y ambientales y abarca la pubertad (10 a 14 años),  la adolescencia media (15 a 19) y la juventud plena (20 a 24 años).
En sí la juventud constituye un conjunto social de carácter heterogéneo donde cada subgrupo  desea diferenciarse del resto de los adultos, los jóvenes desean buscar un sentido de pertenecía por ello se agrupan con otros similares a ellos, de acuerdo con el fondo para las naciones unidas para la infancia en México, la violencia contra los niños puede tener consecuencias para toda la vida y en algunos casos puede pasar de generación a generación.
Es triste vez como nos encontramos en una sociedad altamente violentada, como hemos caído las modas enajenantes y actitudes violentas que han desembocado en desvalorar la vida de una manera sorprendente, según el académico Nateras Domínguez dice que aquel que haya padecido violencia la reproducirá después.
Día a día los jóvenes se enfilan al crimen organizado y se vuelven peones sacrificables en el tablero de ajedrez, ¿Qué nos falta como sociedad?, ¿Qué políticas públicas necesitamos? ¿La tecnología influye en esto? ¿Porqué los jóvenes?
En 2014 13 mil 960 jóvenes fueron procesados por delitos, día a día son más los jóvenes que se convierten en víctimas y verdugos del crimen organizado.
Muchos coincidimos en que tienen que ver la televisión y el internet, y la violencia que en éstos medios se difunde, el consentimiento de las narco novelas forma en los jóvenes una esperanza de grandeza fácil a costa de delinquir, la forma e que se expone la corrupción y la complicidad de los gobiernos hace que a los jóvenes se les haga fácil y quien ser parte del medio.
La cura, la atención, el amor y largas horas de dialogo; a muchos les servirá a muchos otros no, pero la paciencia es factor necesario; nadie nos enseña a ser padres de familia pero hoy enfrentamos un monstruo de mil cabezas que parece indestructible que amenaza con acabar con una sociedad tranquila y sobre todo que nos pega donde más nos duele.

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